Vecinos del barrio A 3-2 aseguran que Arnaldo Amarilla fue ejecutado por policías

La medianoche del sábado fue conflictiva y confusa en la manzana número 28 del barrio A 3-2 de la ciudad de Posadas. Ya que en un episodio cuya naturaleza se está tratando de esclarecer, resultó asesinado por perdigones de escopeta un hombre de 32 años llamado Arnaldo Alejandro Amarilla.

Todo comenzó aproximadamente a las 23 horas del sábado. A pocas cuadras de la residencia del padre de Arnaldo, lugar en el que él también vivía, en una cancha de fútbol en la cual los vecinos suelen pasar sus tiempos libres los fines de semana, ocurrió una gresca entre vecinos. La misma fue tumultuosa y violenta, hay quienes aseguran que hasta hubo heridos con armas blancas. Pero más allá de la impronta violenta de esa discusión vecinal, no se tuvieron que lamentar perjuicios de consideración. Los sucesos que derivaron en la muerte de Arnaldo Amarilla comienzan ahí, ya que él se encontró protagonizando esa pelea. Fue esto lo que alertó a sus familiares que acudieron y con insistencia lograron tranquilizarlo y llevarlo al domicilio de su padre.

Según relato de los familiares, parecía que todo ya se encontraba calmo, habían pasado varias horas de aquel episodio de violencia y Arnaldo se hallaba frente a la casa de su padre, cuando según testimonio de los vecinos, llegó una camioneta de la policía provincial y de ella descendieron dos agentes de la fuerza «que sin mediar palabras ni dar la voz de alto, abrieron fuego de escopeta» contra el hombre de 32 años que se encontraba sentado bajo  un árbol de mango. Quedaron allí, en la corteza del frutal, las marcas de los perdigones que los policías dispararon contra la víctima.

Las marcas de impacto de bala en el tallo del árbol bajo el cual se encontraba Arnaldo

El mismo, aún con vida pero herido de muerte, logró desplazarse agonizante hasta el interior de su casa para luego tenderse en el suelo de la cocina. El reloj marcaba las una de la madrugada del domingo cuando Arnaldo falleció.

“Sí, es cierto que él tuvo su pasado oscuro, estuvo preso varios años por homicidio, pero cumplió su condena y salió en libertad” comenta el padrino de Arnaldo que se encontraba la tarde del domingo afuera de la casa, cercada por cintas policiales, junto con una decena de vecinos en medio de la conmoción y la incertidumbre trataban de ofrecer consuelo a la familia. Él asegura que se trató efectivamente de un caso de “gatillo fácil”.  Presuroso y aprovechando la presencia de la prensa llama a su sobrino, quien fue testigo ocular y que comenta “Él estaba sentado ahí en el árbol (señalando a un joven mango no demasiado alto) cuando la camioneta de la policía paró y apenas se bajaron comenzaron a dispararle”.

El panorama es desolador, lágrimas y rostros abatidos. En el interior de la vivienda aún quedan los restos de sangre que derramaron las heridas de Arnaldo. El resto de los elementos, como ser cartuchos y perdigones, ya no se encuentran en el lugar, porque habrían sido recogidos en las pericias. Pero en este sentido los testigos denunciaron que luego de haber disparado contra el hombre, los policías se retiraron del lugar y volvieron al rato con una dupla de oficiales de la división motorizada que con linternas y ayudados con luz de la moto  trataron de recoger todos los elementos que pudieran incriminarlos, como ser perdigones y cartuchos.

Restos de proyectiles que los familiares recogieron de la escena

 

Ahora el cuerpo de Arnaldo Alejandro Amarilla se encuentra dispuesto a autopsia por orden del Juzgado de Instrucción Nº 6 a fin de que se conozca la real causa de muerte.

 

A su vez el magistrado ordenó la detención preventiva de un oficial y un suboficial de la comisaría 10ª y el secuestro de una escopeta Ithaca 12.70 para ser peritada.

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