Uso de agroquímicos: “Hay un debate pendiente que debemos dar”, sostuvo la ministra Ferreira

La titular del Ministerio de Agricultura Familiar, Marta Ferreira, recordó que la Legislatura analiza varios proyectos presentados; entre ellos uno de su autoría. Consideró que el tema requiere la participación de los productores, técnicos, especialistas y organismos de control. “Se trata de generar un cambio cultural que va a llevar su tiempo”, subrayó.

 

“No se trata de prohibir por prohibir, sino de generar un debate y construir algo entre todos”, con esta frase la ministra de Agricultura Familiar , Marta Ferreira, sintetizó su postura respecto al uso de los agroquímicos en las chacras misioneras. “Al menos debemos discutir, es un debate que debemos dar y que está pendiente de los años ‘80”, subrayó, en referencia a la discusión de un tema que en otras partes del mundo ya fue profundizado.

En el caso de Misiones, la cuestión volvió a la escena pública con la presentación efectuada por el diputado Martín Sereno, quien propuso prohibir el uso de glifosato para controlar malezas y yuyos en zonas urbanas. A partir de ahí, diversas voces (a favor y en contra) extendieron la necesidad de estudiar el uso de estos insumoen toda la producción agrícola.

Para la ministra, ese análisis debe ser amplio e involucrar todo el paquete de agroquímicos que se utiliza en la agricultura local, pero especialmente por parte de los productores familiares. En el 2015, en su paso por la Legislatura, había presentado un proyecto para prohibir la comercialización y uso el glifosato (la marca Roundup, de Monsanto es mundialmente conocida), como también de una docena de productos. “Sabemos que hay tres proyectos; el presentado por Sereno parazonas urbanas, otra del diputado Aníbal Vogel (MC) y el mío. Insistimos para que se pongan en agenda y celebro que el Presidente de la Legislatura lo haya hecho, ya que tiene una apertura hacia todos los temas”, comentó.

Para Ferreira, lo importante es que el abordaje sea multidisciplinario, con la participación de los productores, técnicos, especialistas, profesionales de la salud y organismos de control. “No estamos en la prohibición solamente por prohibir, sino en generar un debate y construir juntos”, enfatizó.

Desde su punto de vista, en los últimos años hubo cambios en los hábitos de consumo que crean condiciones favorables para la agricultura familiar libre de agroquímicos. “Se puede porque hoy tenemos como aliados a los consumidores que buscan productos más saludables, de la zona; incluso quieren saber quiénes losproducen. Eso nos juega a favor”, aseveró.

También las variantes de los tipos de mercado aparecen como indicadores positivos, ya que el nicho para la agricultura familiar no se agota solamente en las ferias francas, sino que se extiende a restaurantes, cafés y hoteles.

Durante toda entrevista, la ministra no dejó de mencionar el concepto de “soberanía alimentaria”, el cual – explicó- no remite solamente al hecho de producir lo que consumimos, sino que se extiende al contexto en que se desarrolla la vida del agricultor. “En la provincia hay unos 30 mil agricultores familiares, que tienen su arraigo y generan su propio empleo, que es algo muy importante pero que no se mide. La soberanía alimentaria es producir alimentos propios, con semillas propias y con la tierra propia”, enfatizó.

Quienes están a favor del uso de agroquímicos sostienen que no es posible una agricultura a gran escala sin estos paquetes tecnológicos. Si bien conoce la información, la funcionaria no coincide con esa definición tan terminante. “Hacer un cambio rápido no es adecuado, por eso hay que plantear un tiempo de transición para hacer otras experiencias; sobre todo en agricultura familiar, y ya hay algunas en Alvear, en Ruiz de Montoya, en Puerto Libertad, en Posadas. Hay casos, por ejemplo, en yerba mate orgánica y todo eso hay que ir mostrando. Que el colono vaya haciendo en una parcela y comprobar que se puede. Respecto a grandes extensiones, tengo conocimiento que en Argentina, en Santa Fe, existen más de 400 hectáreas de producción agroecológica”.

Luego de reiterar la importancia de la capacitación, la ministra destacó el valor agregado que significa para Misiones contar con una amplia biodiversidad. El desarrollo de la agricultura -subrayó- debe enriquecer ese patrimonio. “Tenemos una provincia en la cual nos enorgullecemos de la biodiversidad. Por eso no podemos tener tantos agricultores que trabajan con tanto sacrificio y, al mismo tiempo, en ciertos casos con la irresponsabilidad de cómo, cuánto y cuándo usar un determinado producto. También debemos dar la posibilidad a aquellos que no quieren usarlos, tal vez por una mayor conciencia ambiental”, concluyó.

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