Cuidados Paliativos:»Soltar para Vivir»

Los invito, antes de comenzar esta nota, a pensar: ¿cómo vivo mi cumpleaños? ¿me pesa cumplir años? ¿me cuesta decir mi edad? ¿cómo festejo mi cumpleaños?

Uno de los momentos que abordan los Cuidados Paliativos son los duelos. Es acompañar a la persona para que tenga una mejor calidad de vida en sus últimos días, ya sea cuando hablamos de una enfermedad avanzada, o también acompañar a los familiares en el duelo.

Al hablar de duelo podemos hablar de pérdidas. La palabra duelo viene de dolus, dolor por una pérdida. También referimos al conflicto de esa perdida. Esa pérdida no solo puede ser una muerte de un ser querido, sino pérdida de trabajo, separación en el matrimonio, perder una amistad….en fin, las pérdidas que nos ocurren en la vida.

Cuando leí o escuché a gente que trabaja y se especializa en los duelos, me gustó mucho el poder pensarnos como somos en la vida con las pérdidas, como reaccionamos, que recursos utilizamos.

¿Qué no hacemos y sería bueno hacer? Un ejemplo: se me pierden las llaves, dinero o el celular, por dar algunos ejemplos: ¿cómo reacciono? ¿Cómo se me manifiesta esa emoción?

Creo que es bueno revisar esas conductas porque en realidad no dejan de ser unas llaves o un celular o dinero.

Una vez leí algo que me pareció muy sabio: pensar en la muerte es pensar en cómo estoy viviendo.

Lo natural es sentir miedo a la muerte, a las pérdidas. La propuesta es comenzar a estar más atento a esos miedos, a esas inseguridades de la vida que puede ser desde la pérdida de unas llaves a otras pérdidas.

Ustedes me dirán pero ¿estas mencionando la pérdida de unas llaves? El otro día una persona me dio su tarjeta personal, la guarde en mi cartera y cuando la voy a buscar no la encontraba, pensé que se me había caído. Yo de esa tarjeta necesitaba su dirección de mail.

Lo primero que hice fue mandarle un WhatsApp contándole lo sucedido. Me llamo la atención su reacción: era algo que no me tendría que haber pasado. Ahí me generó una ansiedad muy grande, entonces vacié la cartera y en un bolsillito la encontré. Le saqué una foto y se la mandé. Y me dice:“Ah, menos mal!”.

En ese momento, le consulté qué pasaba y me dijo que  le dio miedo que alguien encontrase la tarjeta con sus datos por el tema de la inseguridad. Y es cierto que tenemos motivos para sentir inseguridad en las distintas ciudades.

Igual me quedé pensando en lo que vive esta persona y me llevó a revisar que la mayoría de nosotros tenemos miedos, inseguridades.

Qué bueno sería que los registremos y podamos trabajarlos para ponerle la intensidad que esa situación merece o necesita. Y así poder “entrenarnos” en vida para la posible pérdida de aquella persona que tanto queremos, para nuestra muerte.

Este tiempo vengo pensando en la frase “Soltar para Vivir”. Pensar en las pérdidas nos lleva a pensar en los apegos.

¿A qué estamos apegados, hoy qué es lo central de nuestra vida? ¿Qué nos hace felices? ¿Por qué muchas veces lo que me hace más feliz es estar con mi pareja, mis hijos, mis amigos y al momento de estar con ellos mi cabeza está pensando en el consumo, en preocupaciones, en cambiar el auto, en problemas que cuando me pasa algo serio no tenían sentido?.

Un poeta persa, Mohamed Mokhtari dice: “La pérdida es una experiencia que conduce hacia un nuevo camino, una nueva oportunidad para empezar a pensar de otro modo. La pérdida no es el final de las cosas sino el final de una manera determinada de pensar. Quien cae en un sitio se levanta en otro. Esa es la ley de la vida”.

Hay un sitio en Facebook que se llama “Es probable que hoy muera” y el Doctor Jorge Gómez Calleque la administra,  propone durante nueve días decirnos esta frase. Creo que es un ejercicio muy interesante ya que nos permite vivir el presente, confirmar las cosas que me gustan de mi vida y revisar aquello que no me está haciendo bien para poder mejorar mi estar con eso, o revisar en que invierto mi tiempo, como estoy viviendo, si vivo intentando tener una sonrisa en la boca o más tiempo reina en mi rostro un ceño fruncido.

La única certeza que tenemos en nuestra vida es que así como nacimos, nos vamos a morir.

Lo mismo para los demás. Y ¿cómo nos preparamos para este momento?

Prepararnos no significa que lo vamos a tener resuelto, pero si a un nivel consiente saber que algún día va a llegar mi muerte y la muerte de los demás.

Compartía con una amiga que me llamaba la atención todo lo que hay en torno al nacimiento: en algunos grupos se juntan en el babyshower (fiesta de nacimiento), con todo el cotillón celeste o rosa, los regalitos….luego las madres embarazadas y en muchos casos con la pareja van al curso de pre parto, conocen a la partera, ni hablar de los controles de todos los meses y en el último mes una vez por semana estudios.

Muchas prepagas regalan un bolso para el bebito. En fin hay todo una cultura del nacimiento.

Y para el momento más importante… ¿qué hay preparado?

¿Por qué más importante? Porque todos sabemos cómo es un nacimiento porque nacimos, muchos sabemos porque fuimos padres o madres, pero de la muerte nadie fue y volvió. Si de algunos estados.

¿Es un tema que podemos compartir en reuniones con familiares, amigos? Muchas veces se escucha: no hablemos de cosas feas, no atraigamos a la muerte.

Pensar en la muerte, es pensar y vivir la vida, disfrutarla, aprovechar los instantes, aprovechar los encuentros con las personas queridas, aprovechar un amanecer,  un atardecer,  un mate,  un cumpleaños, estar solo, es estar agradecido con la vida, con lo que la vida me da a través de otros, es celebrar mi cumpleaños, es no perder tiempo como dijo William Churchill: “Pasé más de la mitad de la vida preocupándome por cosas que jamás iban a ocurrir”.

El próximo fin de semana continuaremos reflexionando sobre el tema del duelo.

 

 

(*) Licenciada en Relaciones Públicas y Consultora Psicológica.

Especializada en Cuidados al final de la vida y orientación a familiares, en Buenos Aires.

Mail: [email protected]

 

 

 

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