Caso Débora Pérez Volpin: qué pasó en el quirófano según los testimonios de los médicos que presenciaron el procedimiento de endoscopía

El relato de los profesionales que compartieron sala con el endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Inés Puente.
Nuevos detalles sobre la muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin salieron a la luz esta semana, tras las declaraciones testimoniales del personal médico que concluyeron en el procesamiento del endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Inés Puente por «homicidio culposo».

Una de las declaraciones sobre lo ocurrido el 6 de febrero pasado, en el quirófano N° 6 del Sanatorio de La Trinidad de Palermo, fue la de la instrumentadora Miriam Eliana Frías, quien acondicionó la sala donde le harían la endoscopía a Pérez Volpin.

 

Según su relato, poco después de comenzar la endoscopía, la anestesióloga escuchó o vio una alerta y acomodó el oxímetro (el dedal que tiene puesto la paciente) y le ordenó: «Llamá ya a la cardióloga», lo que también le dijo el endoscopista.

 

Frías salió de la sala y avisó sobre la emergencia. A su vuelta, la legisladora de Evolución ya estaba boca arriba y el endoscopista había quitado el endoscopio. La anestesióloga estaba en la cabecera de la paciente tratando de intubarla, señala el expediente según lo publicado hoy por el diario Clarín.

 

La instrumentadora no notó nada extraño en el aspecto de Pérez Volpin. Dijo que la anestesista terminó colocándole a la legisladora una máscara laríngea, ya que no pudo intubarla. Por entonces, ya se habían sumado dos terapistas a la sala.

Pasaron entre 20 y 30 minutos para reanimarla. A las 18, la terapista tomó la palabra y dijo que había acuerdo en que Volpin había fallecido. Frías percibió que la mujer ya tenía la cara hinchada. Ya sin más que hacer, el personal médico se fue al finalizar la intervención.

 

El testimonio de la cardióloga

 

Por su lado, la médica cardióloga Agustina Ramos contó que, el 6 de febrero, la llamaron por teléfono por una situación de emergencia. Cuando llegó al quirófano, le dijeron sobre que la paciente «hizo un edema terrible».

 

Ramos contó que el endoscopista estaba parado, esperando la sonda del endoscopio. Cuando la cardióloga le preguntó a Bialolenkier por lo que pasó, él le contestó que «la anestesista le había dicho que parara el estudio porque la paciente había comenzado a desaturar», y que por eso había retirado su instrumental.

 

La cardióloga diagnosticó un paro cardiorespiratorio al chequear que no había pulso. Comenzó las compresiones torácicas y pidió que la conectaran al monitor del carro de paro, para ver qué ritmo tenía. Ramos contó que dijo a Puente que controlara la vía aérea mientras ella realizaba las maniobras de compresión.

 

Tras dos o tres ciclos de RCP, la cardióloga le pidió al endoscopista que continuara él, y pasó a controlar el carro de paro. Pidió refuerzos a los médicos de terapia intensiva. Llegaron rápido.

 

El monitor del carro registraba un ritmo de asistolia (es decir, una línea plana en el monitor). Hubo que continuar con la resucitación vía RCP, compresiones torácicas y suministro de adrenalina.

 

Coincidente con el relato de la instrumentadora Frías, a las 18.15, hubo consenso en dar por finalizado el procedimiento. Entre las 17.30 y las 18.15, siempre hubo asistolia, precisó Ramos.

 

Otro testimonio fue el de Alberto Botto, un «médico consultor en endoscopia respiratoria pediátrica en el Sanatorio de la Trinidad». El profesional contó que él estaba en el quirófano N° 2, hasta que ingresó una instrumentadora pidiéndole que fuera al quirófano N° 6, donde estaba Volpin. Allí, contó Botto, logró intubar a Pérez Volpin en un tiempo no mayor al minuto y medio.

 

También aparecieron en el expediente los comentarios de la médica clínica Marina Inés Cassella, quien dijo haber examinado a Pérez Volpin y revisado los estudios que motivaron su internación junto con la doctora Cecilia Di Filipo. Como no pudieron diagnosticarla, consideraron que la legisladora debía continuar con los estudios, y le indicaron una endoscopia digestiva alta y serologías. Se intentaba verificar si había una posible patología hepática.

 

Cassella confirmó que el cuadro no requería ningún tipo de urgencia, pero que se trataban de análisis necesarios. Aclaró que ni bien se enteró de que la paciente estaba en paro, fue junto con Di Filipo al quirófano. Allí vieron como se precipitaban los hechos e informaron a la familia de Pérez Volpin sobre lo que estaba pasando.

(Infobae)

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