Aguardarán informes antes de resolver si levantan los puestos de control del INYM

“Se está discutiendo eso porque son más de 10 millones de pesos que podrían ser volcados a financiar a pequeños secaderos y productores”, sostuvo Sergio Delapierre, director del organismo yerbatero por el sector de la secanza. Ambas casillas están ubicadas en Corrientes; una sobre la Ruta 12 y otra sobre la Ruta 14.


Sergio Delapierre, director del sector secaderos

El director suplente por el sector de los secaderos, Sergio Delapierre, confirmó este jueves que la conducción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) evalúa el levantamiento de los puestos fijos de control ubicados en los parajes “Cuay Grande” (RN 14) y “Filadelfia” (RN 12); ambos en la provincia de Corrientes. “Se estuvo discutiendo esto porque son más de diez millones de pesos anuales, que podrían ser volcados como herramienta financiera que le sirva a pequeños secaderos y productores”, afirmó el dirigente oriundo de Eldorado, en referencia al presupuesto que insume ese esquema de fiscalización.

En diálogo con Radio República sostuvo que “la decisión final aún no fue tomada” y que el Directorio aguardará un informe detallado de parte del área de fiscalización. Ambas casillas fueron instaladas para verificar la salida de yerba mate (molida y canchada) de la zona productora y evitar la competencia desleal. “Esperamos los resultados del informe del instituto. Habrá que ver si se produce esa fuga en negro o no”, apuntó.

Las dos casillas están emplazadas en jurisdicción de Corrientes. El puesto “Cuay Grande” está ubicado a unos 20 kilómetros al sur de Santo Tomé y – de acuerdo a los datos que consigna la página web del INYM- por ese lugar transita aproximadamente el 85% de la yerba mate que sale a diversas provincias. El otro puesto se denomina “Filadelfia” y funciona sobre la Ruta Nacional 12, en cercanías de Ituzaingó. Por este último pasa el 15% restante de los camiones con cargas de yerba mate. Por ambos controles, que funcionan las 24 horas, todos los días del año, circulan mensualmente entre 22 y 23 millones de kilos de yerba mate. En todos los casos se verifican las cargas y sus correspondientes hojas de ruta, remitos y demás documentaciones que avalen el origen y destino. “La cantidad de decomisos que se efectúan es mínima, se descubrieron cargas de dos mil o tres mil kilos, son casos muy reducidos en comparación con los 250 millones (de kilos) que se comercializan en el mercado interno”, refirió Delapierre.

La crónicas yerbateras relatan que las mencionadas casillas existían antes de la creación del INYM, ya que habían sido construidas con recursos (unos 250 mil dólares) aportados por la Cámara de Molineros de Yerba Mate de la Zona Productora (CMYMZP) y por la Federación de Molineros. El puesto en Los Cuay comenzó a funcionar en abril de 1.998, mientras que el de Filadelfia lo hizo en agosto de ese mismo año. La falta de presupuesto de la AFIP -DGI motivó que posteriormente los controles quedaran prácticamente abandonados. Más adelante, con la sanción de la Ley Yerbatera en el año 2.002, el INYM tomó la posta y reacondicionó las instalaciones. “Se hicieron en una época en que no estaban bien organizados los sistemas de control con estampillas”, recordó Delapierre, argumentando de esta manera la necesidad de replantear la relación costo – beneficio de sostener estos puntos de control.

En otro tramo de la entrevista, el dirigente de los secaderos del Alto Paraná misionero también se refirió a varios temas de la coyuntura yerbatera, como los rumores de una desregulación de precios de la materia prima y el financiamiento para la presente zafra. “De la cuestión de la desregulación últimamente no se habla porque hubo un rechazo de casi todos lo sectores. Es un tema que quedó de costado, pero no sé qué se está barajando en Agroindustria, aunque creo que el Gobierno Nacional está en tantos problemas que no sé si va a avanzar con eso”, comentó.

En cuanto a la zafra subrayó que “está muy difícil porque el financiamiento es muy caro , con tasas por encima del 40% anual; es más, algunos bancos no estuvieron haciendo descuentos de cheques. Así que hoy, con el sistema de cheques de pago diferido y a largo plazo, los damnificados son los pequeños y medianos secaderos, los cuales no tienen otro respaldo y financiamiento que no sean, precisamente, esos cheques”.

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