Juzgan en Eldorado a un joven acusado de haberse aprovechado de la borrachera de una adolescente para violarla

El Tribunal Penal de Eldorado juzga a un joven acusado de haber violado en un motel de esa ciudad a una adolescente de 16 años que se había embriagado en un boliche céntrico. El muchacho se habría aprovechado del estado de la chica para accederla carnalmente.
Francisco Javier M. afronta una acusación por “abuso sexual con acceso carnal” y podría recibir una dura condena. Lo juzgan los camaristas Lyda Gallardo, María Teresa Ramos y Ángel Atilio León.
En la primera audiencia, desarrollada el lunes, declararon la víctima, la madre y la hermana. Este martes continuó la ronda de testigos. El único problema que se suscitó en el debate fue conseguir el testimonio de un remisero que llevó al presunto violador y a la muchacha hasta el motel. El trabajador del volante fue quien alertó a la familia de la adolescente lo que había sucedido. Ahora reside en Buenos Aires el hombre.
El hecho sucedió el 11 de julio de 2014. Ese día, a las 22.30, la joven, que entonces tenía 16 años, salió de la casa del abuelo materno (en el que residía), en el barrio Ziegler del Kilómetro 9, para asistir a una disco de la avenida San Martín. Después de reunirse un rato con tres amigas, alrededor de las 1, ya del 12, entró al boliche. Allí, según ella misma contó, permaneció un momento con sus conocidas y luego empezó a beber con distintas personas. Admitió que consumió distintas bebidas alcohólicas, como la “jarra loca” y licor de menta.
En el lugar se encontró con Francisco Javier, quien había sido compañero de secundario de su hermana. Habló con él y el poco tiempo, producto de la borrachera, se desvaneció, cayendo al piso. La seguridad de la disco la sacó a la calle y el muchacho la acompañó.
Una vez en la vereda, Francisco fue hasta un cajero y al volver llamó un remís. Apenas subió, la adolescente pidió que la llevaran a su casa y entonces volvió a perder el conocimiento, hasta vomitó en el auto.
Pero el joven no llevó a la chica a la casa, sino que ordenó al remisero que los condujera hasta un motel del kilómetro Seis, ubicado en la colectora de la ruta nacional 12.
Cuando llegaron al motel, la adolescente ni siquiera podía pararse. Francisco y el remisero la acomodaron en una silla, dentro de una de las habitaciones. Antes de irse, el joven le pidió al trabajador del volante que le diera su número, a fin de contactarlo un rato más tarde.
De acuerdo con la acusación que pesa en su contra, una vez que el remisero se fue, Francisco violó anal y vaginalmente a la víctima, quien en los momentos de lucidez, pidió que dejara de accederla.
Tal como le había dicho, el muchacho llamó al mismo remisero, quien acudió al motel y subió a ambos al auto. En el trayecto, por los propios dichos de la chica, el trabajador notó que algo malo había pasado. Entonces, apenas la adolescente bajó en su casa, él se acercó a la hermana de esta y le sugirió que hiciera una denuncia por un presunto abuso.
Los relatos de la víctima y del chofer sellaron la suerte de Francisco, quien fue detenido e imputado. Ahora lo están juzgando y se encamina hacia una dura condena.

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