Newell’s armó una fiesta en Rosario frente a Talleres

Le ganó 2 a 1 con goles de Figueroa y Cacciabue. Santiago Silva había empatado de penal.

Newell’s encontró una bocanada de aire con los pibes y con mucho amor propio tras el duro golpe en Brasil. Con el 2-1 ante Talleres, además, ratificó su paternidad histórica. Es el equipo al que más veces enfrentó el equipo cordobés en AFA (62 partidos) y estiró a 10 la diferencia de triunfos (25 a 15). Festejó ante un pálido y desconocido Talleres, que se despidió definitivamente de la pelea por el campeonato al sumar su tercera caída consecutivo. El equipo de Kudelka bajó el quinto puesto y sigue en zona de Libertadores pero no podrá descuidarse en el tramo final del torneo.

El duro cachetazo en Curitiba ante Atlético Paranaense por la Sudamérica movió aún más el sinuoso suelo por el que camina Newell’s desde un tiempo a esta parte. La derrota, como era de esperar, trajo sus consecuencias. Omar De Felippe aplicó la ley del castigo. Cambió nombres y posiciones ante la necesidad de un volantazo. Tres pibes (Leonel Ferroni, Jerónimo Cacciabue y Alexis Rodríguez) saltaron a la cancha en la noche de Rosario.

Enfrente, un Talleres también urgido. Sin la crisis del local, pero con la obligación de volver a sumar de a tres (dos derrotas seguidas ante Boca e Independiente) para no desprenderse del lote de arriba y mantener alguna chance de pelear por el título.

El golpe de timón de De Felippe tuvo rápidos resultados. En el arranque, Ferroni, una de sus apuestas, escaló por izquierda y lo encontró a Figueroa, quien no perdonó en el mano a mano. Minutos más tarde, Cacciabue metió un pase filtrado a la espalda de la dormida defensa de Talleres. Rodríguez, solo, erró el segundo gol.

Newell’s mantuvo el pie en el acelerador, pero no aprovechó su momento en el partido. Leal y Fértoli también fallaron debajo del arco. En el último remate la pelota pegó en Herrera. Loustau, sin embargo, cobró saque de arco. De ese pelotazo llegó el empate, inmerecido, de Talleres. Silva peinó y Araujo ganó en velocidad apareado por Ferroni. En el roce, el delantero se dejó caer. El árbitro compró y Silva cambió penal por gol.

En el complemento se jugó otro partido. Newell’s perdió intensidad, cedió protagonismo y pelota. Pero Talleres, parco y timorato, no se animó a incomodar a su rival. Y lo pagó caro. Los rosarinos facturaron en la única bocha que metieron en el área. El debutante Cacciabue, un chico de 20 años nacido en el campo (Montes de Oca) y amantes de los aviones (está haciendo el curso de piloto), infló la red con un remate seco que se clavó en el segundo palo de Herrera. Gol, triunfo y desahogo en el Parque Independencia.

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