Estudian por qué los pacientes con marcapasos o desfibriladores podrían vivir más implementando el monitoreo por WiFi

Estos dispositivos permiten además disminuir la cantidad de consultas presenciales de cuatro anuales a una.

Los pacientes cardiológicos implantados con marcapasos o desfibriladores que se controlan de manera remota mediante la telemedicina, que utiliza wifi o red de datos para avisar al médico en tiempo real sobre cualquier inconveniente, mejoran la tasa de supervivencia en más de un 50% y reducen las visitas a urgencias en un 35%, según estadísticas internacionales.

Esos dispositivos permiten además disminuir la cantidad de consultas presenciales de cuatro anuales a una, y tienen instalado un chip de celular que posibilita que el monitoreo pueda realizarse desde cualquier parte del mundo.

“Uno de los principales beneficios de este sistema es que posee alarmas que cuando se activan -con colores verde, amarillo o rojo, según la gravedad- envían automáticamente un aviso al profesional por mail o mensaje de texto, dependiendo de cómo se programe”, explicó el cardiólogo electrofisiólogo Sergio Dubner.

Si bien no existen todavía estadísticas o datos oficiales sobre la cantidad de personas que utilizan la telemedicina en la Argentina, donde esa tecnología se aplica desde hace poco más de una década, investigaciones internacionales -en su mayoría norteamericanas- demostraron en 2015 que “mejora la tasa de supervivencia en un 50% y reduce las visitas a urgencias en un 35%”. Consultado sobre cuántos de sus pacientes utilizan el monitoreo remoto, Dubner precisó que “ya lo hace el 50%”, y advirtió que si bien “no es un sistema de emergencias, permite reconocer los problemas en el momento en que aparecen”. Además, en casos de insuficiencia cardíaca, el marcapasos posee un sensor que detecta líquido en los pulmones, por lo que al recibir esa información el médico puede comunicarse con el paciente antes de que tenga síntomas.

El paciente también puede activar por sí mismo las alarmas si siente palpitaciones o algún evento anormal: al funcionar con wifi el dispositivo comienza a emitir los parámetros de funcionamiento del corazón cuando la persona está a tres metros de distancia, por lo que se puede hacer la consulta sin recurrir al centro de salud.

“La ventaja más grande es el diagnóstico precoz y certero, ya que podemos monitorear zonas precisas según el malestar del paciente y obtener alertas al instante, a diferencia del enfoque tradicional, donde los controles se hacen cada determinada cantidad de meses y el médico no accede a los datos hasta que no hay control presencial”, coincidió el cardiólgo Néstor Galizio, codirector de Electrofisiología de la Fundación Favaloro.

El médico destacó que otra de las ventajas es “el cambio y seguimiento de la terapia utilizada”.

“A veces no se reconocen síntomas potencialmente graves, como una arritmia fuerte, que sí son identificados por el sistema que alerta al médico, por lo que podemos comunicarnos para pedir que se acerquen al consultorio o ajustar el tratamiento”, detalló. Consultado sobre cómo reciben sus pacientes la nueva tecnología, Galizio comentó que “como saben que los están observando las 24 horas, manifiestan un cambio muy importante en la calidad de vida, ya que se sienten protegidos y más tranquilos”. “Creo que en un futuro cercano todos los dispositivos se fabricarán con monitoreo remoto, avance que dependerá de la posibilidad de modernizar el centro de control de cada lugar de atención”, adelantó.

En Latinoamérica se implantan más de 150.000 dispositivos al año, y se calcula que hay más de 1.9 millones de pacientes cardíacos que los usan. “Es un avance de la tecnología, es hacia donde se dirige el conocimiento, en todos lados intentan implementar este tipo de cosas justamente para reducir el tiempo entre un evento y su diagnóstico y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, retomó Dubner.

Fuente: El Día

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