Demoras en el puente internacional: aseguran que incluso hasta ayer por la mañana, ofrecían adelantarse en la cola por 1.200 pesos

Siguen las repercusiones de lo que fue el calvario de quienes querían cruzar a Posadas desde Encarnación por el puente internacional San Roque González. A los más de 15 kilómetros de cola se sumaron todo tipo de condimentos que suman anécdotas y avivadas que ya son tradición. Desde alquilar el baño de las casas, vender agua caliente e incluso ofrecer sortear varios quilómetros para adelantarse en la cola para menguar el padecimiento. Patricio Corró, un ciudadano obereño contó en detalle lo que vivió entre la tarde del lunes y la mañana de ayer.

Patricio Corró, en FM Red Ciudadana.

 

En Red Ciudadana, Corró reflexionó sobre lo que le tocó vivir con su familia entre el lunes y ayer. Lo que había sido pensado como un paseo de compras terminó siendo una odisea no solamente para ellos sino para un gran número de personas que se vieron varadas ante la imposibilidad de cruzar el puente.

 

“Lo que quiero dejar en claro es que esto no trae ningún beneficio a nadie.  Ya el lunes cuando cerca de las 2 de la tarde vimos que la cola no se movía desde la Costanera, decidimos mandar a los chicos en tren, pasar la noche allá para intentarlo al otro día”, contó.

 

Así fue como ayer por la mañana ingresó a la cola- en la que permaneció varias horas – y contó que cerca de la avenida Japón en dos oportunidades se le acercaron personas que le ofrecían adelantarse hasta la cabecera paraguaya por 1200 e incluso 800 pesos. “Esto también es memorable porque si bien hubo gente que se acercó con agua y su solidaridad, hubo muchos problemas, no sólo el uso del baño, que algunas personas alquilaban sino también que los autos recalentaban o se quedaban sin combustible. Lo que ofrecía esta gente que por lo general pasa en moto, era adelantare hasta una calle que queda al costado de la tienda Alaska e ingresar por el lado izquierdo directamente en la Aduana paraguaya”, relató.

 

Corró dijo que no se sumaron al ofrecimiento porque “está mal”. “Otra cosa que nadie dijo es que los autos paraguayos no hacían la cola. Pasaban nomás. Creo que nosotros no hacemos eso acá. Incluso en un momento los que sí pagaron, se apiñaron en la calle la lateral a Alaska, salían de los recovecos. Lo vi con mis propios ojos cuando llegué a esa altura”, explicó.

 

Respecto a qué hacer ante esta situación, indicó que lo primero sería buscar entre todos una solución inteligente que termine con la política de “cómo joder a mi compatriota”. “Nadie tiene porqué soportar esta mortificación, hay que buscar el camino con la inteligencia suficiente para aprender de nuestros errores. No se trata de impedir el paso o el regreso. Yo estoy en contra del contrabando pero les digo que una pala que en Oberá está entre 600 y 800 pesos, en Encarnación vale 172 pesos. No estoy hablando de un aire acondicionado ni nada suntuoso, es una herramienta de trabajo. Así que desde mi humilde lugar les digo a los de la Cámara de Comercio que dejen de seguir cargando los precios. La gente busca hacer rendir sus ingresos. Y que se entienda bien no estoy en contra de la Cámara de Comercio, ni soy socio, ni nada. Estoy en contra de la estupidez humana. No parece coherente hacer 12 horas de cola para controlar si compraste una pala o para que digas no compré nada”, sentenció.

 

 

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