Boca acaricia el título: Pablo Pérez le dio la victoria al Xeneize en la última del partido

En un partido definitorio, Boca derrotó 2 a 1 al escolta Talleres en la Bombonera y quedó a nueve puntos a falta de seis fechas.

Boca y Talleres jugaron una final. Se sabía que la Superliga podía quedar casi sentenciada en la Bombonera si el local, puntero y a seis unidades, le ganaba a su inmediato perseguidor cordobés. Ambos llegaban en situaciones distintas y hasta se podría decir que el visitante lo hacía mejor. Pero Boca consiguió un triunfo agónico por 2 a 1 que lo dejó a nueve puntos de distancia y lo acercó al título de la Superliga.

En la previa, Frank Darío Kudelka había dicho que Talleres saldría a atacarlo a Boca. Y cumplió. Por lo menos esa fue la idea que mostró en los primeros minutos del partido. Apretó y presionó bien arriba a su rival, al que se lo vio incómodo e impreciso por el accionar de la T. La visita estaba mejor y se jugaba en campo local. Pero ese dominio no se tradujo en situaciones de gol. El equipo de Guillermo Barros Schelotto se acercó con dos contragolpes mal resueltos.

A los 26′ llegó la mejor hasta ese momento, que movió un poco la vara de la peligrosidad en las áreas que hasta el momento no había pasado nada. Después de una recuperación de Pablo Pérez en el medio, el ex Newell’s tocó para Frank Fabra, que juntó rivales y clarificó hacia la derecha para Cristian Pavón, que enganchó para su derecha y sacó un disparo a colocar que dio en el travesaño.

Ese fue un aviso de Pavón. Con una jugada maradoniana del jugador de la Selección Argentina llegó la apertura del marcador. El siete apiló rivales, salió entre tres marcadores y llegó al fondo para pasar la pelota en un centro atrás para que aparezca Walter Bou, siga con su racha y convierta el primero del encuentro.

Con la ventaja llegó la tranquilidad para Boca, que comenzó a soltarse un poco más y hasta pudo estirar ventajas con un remate de Pablo Pérez que contuvo bien Guido Herrera, o una definición de Bou mano a mano que terminó en un pase a la nada. Esa tranquilidad se le fue -o perdió pro méritos propios- en la última jugada del primer tiempo.

Pablo Pérez hizo una falta innecesaria cerca del área y el conjunto xeneize volvió a sufrir con su ya clásico karma: la pelota parada en un centro que llega frontal al arco. Junior Arias le ganó de cabeza a Goltz, que no saltó, y Carlos Quintana se encontró con otro cabezazo en soledad para vencer la poca reacción de Agustín Rossi. Un empate que cerró los primeros 45′ y dejaba todo en incógnita.

Contrario de lo que se podía suponer, el gol no fue un mazazo para el equipo local. Sí un golpe duro, pero al equipo no se lo vio descontrolado. Sí, nervioso. Igualmente era muy poco lo que generaba en ataque, supeditado a lo que podía hacer Pavón con su velocidad o Reynoso, de buen segundo tiempo. Talleres no se achicó. Se plantó de igual a igual, pero generó pocos problemas a una defensa errática.

Los cordobeses resignaron la pelota para intentar presionar y generar un contragolpe con más atacantes que defensores, pero pocas veces pudo quedar en esa situación y no llegó al arco de Rossi. En tanto, Boca tuvo la tenencia pero varió entre un ritmo lento, con imprecisiones. Tuvo buenos pasajes de juego que no puedo aprovechar. Y con el correr de los minutos el equipo visitante veía con buenos ojos el punto de visitante. Y no era para menos: con sólo un tiro al arco 30′ después de una carambola se llevaba un empate valioso.

Pero Boca es Boca y demostró porqué es el puntero desde hace tanto tiempo. Y ligó porque lo fue a buscar más que su rival. Wanchope Abila bajó la pelota de manera magistral después de un centro, giró y metió otro a media altura para la aparición de Pablo Pérez, que se desahogó con todo tras meter la rodilla. La victoria fue justa y casi que condenó el torneo, que a falta de seis fechas tiene a un puntero a nueve unidades.

Fuente: Clarín.

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