Quiénes son los dos argentinos que murieron por fiebre amarilla

Ninguno de los dos se vacunó y contrajeron el virus tras viajar a Brasil. Además de estas víctimas fatales, también hay otros cinco casos de argentinos internados por la enfermedad.

La fiebre amarilla ya se provocó los primeros dos muertos en el país que habían contraído el virus tras viajar a Brasil. Además de las víctimas fatales, que fallecieron en territorio argentino, hay otros cinco casos que están internados, uno de ellos tuvo que recibir un trasplante de hígado.

El último Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud indicó que ninguno había recibido la vacuna contra la fiebre amarilla. «Todos los casos que tenemos confirmados, dentro de un cúmulo de casos que tiene un cuadro febril y que son estudiados, fueron por no vacunarse. Les dio fiaca hacer la fila o pensaron que no les iba a pasar, no es que no pudieron acceder», indicó a La Nación la doctora Patricia Angeleri, directora nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud.

Uno de los argentinos fallecidos residía en Río Negro, aunque fue atendido en Neuquén, mientras que el otro era de Lanús, y fue asistido en un centro privado de la Provincia de Buenos Aires. Ambos tenían 69 años.

Alfredo Pachano, una de las víctimas, era oriundo de Cipolletti (Río Negro) y viajó a Brasil el 1 de marzo vía Chile. Estuvo cuatro días en Río de Janeiro y visitó el nordeste del país, una zona altamente endémica durante la temporada estival. El miércoles 14 de marzo regresó a Neuquén.

Ya al bajar del avión tenía algunos síntomas generales que lo preocupaban. Dolores, fiebres, entre otros que habrían semejado una gripe. Al día siguiente acudió al hospital de Cipolletti para controlarse, pero los análisis no ofrecieron nada anormal, informó la directora de Salud de la provincia de Neuquén, Andrea Peve quien dio a conocer el caso oficialmente en la región.

El 18 de marzo pasado su salud se deterioró de modo severo. “Ese día empezó a descompensarse, ya tenía diarrea, vómitos y dolor abdominal que son las características de la fiebre amarilla y un nuevo laboratorio le detecta ya anormalidades por lo que queda en observación y se le extrae sangre para analizar el lunes”, le contó Peve al diario Río Negro.

Al día siguiente fue trasladado a la Clínica Pasteur de Neuquén capital, al tiempo que los médicos enviaron sus muestras al Instituto Maistegui en el que se confirmaría el origen del padecimiento. Falleció el 21 de marzo a causa de un grave cuadro definido por los especialistas como una “falla multiorgánica”.

Alfredo era un deportista amateur y, según trascendió a través de las redes sociales, practicaba el montañismo. No padecía enfermedades o dolores previos a su viaje y su condición física habría sido óptima.

El cipoleño no había sido vacunado contra la fiebre amarilla previo a su viaje porque en un vacunatorio local le indicaron que por su edad, no era necesario e incluso había contraindicaciones.

«El cuadro viral progresó rápidamente y el estado de salud se agravó causando una falla multiorgánica propia de la fiebre amarilla», dijo Angeleri a La Nación.

“Estamos siguiendo a la pareja de este hombre, pero no ha tenido ningún síntoma similar y se encuentra en buen estado de salud”, agregaron las fuentes consultadas por LMNeuquén.

La otra víctima, un hombre oriundo de Lanús, era jubilado (69 años) y se contagió en un viaje que hizo a Río de Janeiro entre fines de febrero y principios de marzo, acompañado por su nieto de 14 años. Ninguno de los dos se había vacunado y el chico no presentó síntomas de la enfermedad.

Juan Domingo Levoli estuvo internado en terapia intensiva del Sanatorio Finochietto de la Ciudad de Buenos Aires y murió el 21 de marzo por la tarde, confirmaron fuentes de la Municipalidad de Lanús a Clarín. Levoli viajó a Ilha Grande (Río de Janeiro) del 27 de febrero al 8 de marzo.

“Durante la madrugada del 9 de marzo comenzó con fiebre, automedicándose con AINE. Al día siguiente -sábado- solicitó atención en domicilio y el médico que lo atendió sugirió que concurra a un centro de atención para tener la posibilidad de realizar estudios complementarios”, indica un informe elaborado por el jefe de Epidemiología de Lanús, doctor Hernán Blum.

A las pocas horas Levoli fue internado con diagnóstico de “síndrome febril agudo inespecífico” y presentó complicaciones hepáticas, por lo que el lunes 12 quedó internado en terapia intensiva y se le hicieron los análisis que determinaron el contagio de fiebre amarilla. Pese al tratamiento específico, falleció a los pocos días.

Al confirmarse el caso, como medida de prevención desde el Municipio de Lanús implementaron un operativo de fumigación de las nueve manzanas que rodean la vivienda de la víctima, en Monte Chingolo.

Según las autoridades locales, en la zona no se registraron otros vecinos con cuadros propios de la fiebre amarilla y tampoco presentó síntomas su nieto, que vive con su mamá en Lomas de Zamora.

Quiénes deben vacunarse. El Ministerio de Salud provincial recomendó en enero la vacunación a los viajeros que visiten áreas de riesgo en Brasil y dispuso de vacunatorios para hacerlo con diez días de anticipación al viaje.

Seis de los siete casos tienen el antecedente común de haber visitado Isla Grande en Río de Janeiro (además de otros destinos de ese país) y uno Ouro Preto en el estado de Minas Gerais, según informó ayer el Ministerio de Salud al diario La Nación.

Angeleri solicitó a todos los argentinos que viajen que se vacunen, por más que ya hayan visitado el país vecino en otras ocasiones y no hayan sufrido enfermedades. «Lo que ocurre en Brasil no es común. Puede pasar que una persona que viaja siempre piense que como nunca le pasó, no le va a pasar, pero desde el año pasado comenzó una secuencia de casos que preocupa que fue en aumento y sigue este año», explicó.

En Brasil, entre el 1 de julio de 2017 y el 13 de marzo de 2018 se notificaron 920 casos humanos confirmados de fiebre amarilla, incluidos 300 fallecidos, cifra superior a lo reportado en el mismo periodo del año anterior (610 casos confirmados con 196 fallecidos)

La vacuna está contraindicada en menores de seis meses, embarazadas, personas con alteraciones del sistema inmune y otras patologías. Según se informó desde el organismo sanitario «se debe tener precaución especial con los niños entre 6 y 9 meses de edad, adultos mayores de 60 años de edad (como los dos que fallecieron), VIH asintomáticos y lactancia, por lo que en estos casos se recomienda evaluar el riesgo-beneficio de la vacunación bajo asesoramiento médico».

Los síntomas del contagio de fiebre amarilla se generan cinco días después de la picadura del mosquito, con un cuadro viral de origen inespecífico y con sintomatologías que van desde cansancio a dolor de cabeza y nauseas.

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