Indignación de la familia Pedersen de Eldorado: Intrusos ingresaron a su propiedad y apearon árboles protectores del arroyo Piray Guazú

 

Ingrid Adriana Pedersen forma parte de una tradicional familia eldoradense, y con su hermano Alejandro comparten una propiedad de una superficie de alrededor 100 hectáreas, compartidas entre tres lotes, dos de explotación forestal y otra de regeneración de monte. Se trata de los lotes N°53, N°54 y N°55.

El ingreso para el apeo ilegal se produjo en el Lote 53, que destinan a conservación y regeneración natural por su ubicación ambiental, determinada por el ordenamiento territorial de la provincia, aunque no está bajo la figura de reserva privada. La propiedad está ubicada en el departamento de Eldorado,  cruza la Ruta 12 en la zona del puente en curva en el arroyo Piray Guazú, y cumple un rol de protección de la cuenca hídrica de la zona.

“El Lote 53 tiene un valor de conservación que fue determinado por el Ordenamiento Territorial de la provincia. Este fin de semana nuevamente fuimos víctimas de la intrusión, apeo y robo de madera”, precisó la propietaria. Al llegar al predio, nuevamente se encontró con el apeo ilegal dentro de su propiedad y estalló de indignación a través de las redes sociales ya que esto “ocurre desde siempre, nada los frena, y nada se hace para evitar el daño ambiental que provocan”, expresó Pedersen.

En una entrevista con ArgentinaForestal.com relató que la propiedad pertenece a su familia de Eldorado desde hace más de 40 años. “En la actualidad, trabajo y vivo en Posadas, pero mantenemos la propiedad como reserva para la conservación y recuperación del monte, ese lote, por los suelos no podemos destinar a otra actividad productiva y por su ubicación tiene un rol en la conservación del arroyo. Ya nos han devastado, se han robado todos los árboles de mayor valor como cedros, lapachos, incluso árboles muy jóvenes, que ni siquiera tienen un valor de mercado. Siempre están rondando, y pareciera que estudian los movimientos de los propietarios, porque cuando nos encontramos con el apeo, siempre ya el daño está hecho”, expresó con tristeza la propietaria, compartiendo las imágenes del estado con el que se encontró este fin de semana en el lugar.

“Este ya es el fin de semana de la indignación y la impotencia, porque llegar a tu propiedad y encontrarte con este paisaje, donde el nivel de intrusión, robo, apeo o tala ilegal de árboles nativos tan indiscriminado, y sin poder hacer nada, es lamentable”, expresó Ingrid.

La propietaria, una profesional y académica de la provincia, relató que hizo reiteradas denuncias y pidió intervención a los organismos de control, pero no encontró aún respuestas. “En Eldorado no tenemos ronda de guardaparques, no vemos presencia en los lotes privados, imagino porque no es su responsabilidad sino de los propietarios. Pero de nada valen las denuncias por los hechos de apeo y robo de madera, no hay detención y retención de motosierras. Al día siguiente están de nuevo haciendo lo mismo. Es algo que llevan años haciendo con la misma metodología en esta zona. Imposible hablar de sostenibilidad forestal y conservación frente a esta realidad”, expresó Ingrid.

Recordó que una oportunidad, se encontraron con una situación similar y buscaron a las fuerzas policiales para un procedimiento en el lugar, pero “eran menores de edad los que estaban volteando los árboles en el lote –organizados no se para quienes- y no los llevaron detenidos ni nada”, relató.

El lote de los Pedersen se destina a la regeneración del bosque, no tiene explotación forestal ni otra actividad productiva.

“Pero el apeo es ilegal, y afecta la conservación del arroyo, nosotros tenemos que cumplir con la normativa vigente, el Ordenamiento Territorial y los metros de faja ecológica para la protección de la cuenca. Tenemos que dejar que los arboles nativos crezcan. En la reserva había guayubira (el árbol apeado de la foto), lapacho, cedros, entre otras especies. El lote cruza la ruta nacional 12, por eso nos eligen para cortar los árboles y hacen tablones, muebles rústicos, tiranterías, aunque la madera no tenga un valor comercial alto, apean igual, todo”, graficó la propietaria.

Esto sucede a plena luz del día, durante varios días, y nadie se acerca a ver qué tipo de desmonte están realizando en la zona. Sin embargo, un profesional o empresario que quiera realizar un aprovechamiento de bosques nativos debe requerir autorización, solicitar guías, planes de manejo, controles, abrir un expediente ante la autoridad de aplicación.

 

“Frente a este atropello, aunque no quiera tenemos que hacer la denuncia porque es un acto ilegal, además de un daño ambiental. Pero no podemos denunciar a nadie si no tenemos pruebas, sospechamos quienes son, pero nada podemos hacer si no lo encontramos en el momento que están robando dentro del lote”, asevera Ingrid.

“Se trata de un circulo que lamentablemente nunca termina, y no hay presencia territorial para mayor seguridad en la zona. Nuestro predio forma parte del Corredor Verde, está demarcado dentro del área de conservación del OT, donde hay 10 metros de cada lado de los arroyos que no se puede tocar porque estamos cercano a cursos de agua y nuestro lote protege un ambiente natural”, concluyó Pedersen.

Desde la zona norte, cámaras empresarias e instituciones del sector forestal plantean en los últimos meses  -incluso ante el Presidente Mauricio Macri, en la Mesa de Competitividad de la Cadena Foresto-industrial- la intervención del Estado para frenar en la provincia una de sus principales preocupaciones: “La creciente intrusión de propiedades privadas en Misiones. Es imperioso lograr una intervención judicial y de las fuerzas de seguridad para frenar el daño y desalojar a ocupantes ilegales”, reclamaron.

 

 

Por Patricia Escobar 

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