Luchi Von der Heyde: «Con equilibrio este equipo va a ganar grandes cosas»

Una de las mejores apariciones en Las Leonas en los últimos años contó en una entrevista con el diario La Capital de Rosario, qué están buscando de cara al Mundial de Londres, su gran sueño por cumplir. Confió cómo se enamoró del seleccionado y del reto que significa enfrentar desde hoy en Rosario a Gran Bretaña, el campeón olímpico.

 

 

Corre el 11 septiembre de 2010 y Las Leonas están por jugar en Rosario la final de la Copa del Mundo. Los alrededores del Estadio Mundialista no dan más. Las tribunas ni hablar. La capacidad de 14 mil espectadores está colmada. Afuera, los más desesperados quieren pagar cualquier cosa por un ticket, aunque sea en reventa. El objetivo es entrar, no importa el precio. Son Las Leonas, en casa, a punto de consagrarse por segunda vez en su historia. Y está Lucha, Aymar, la más local de todas brillando como nunca. Aunque brillan todas, se encuentran a un nivel excepcional. Este mundial no se puede escapar. Hay nervios, por todos lados, en cada víscera. En un sector del estadio una nena de 13 años no sabe qué hacer con todo eso que siente. Se acopla a sus hermanas. Espían por debajo de unas escaleras. Ven a Las Leonas a punto de salir. Se emocionan, se alteran. Más y más. Después sigue el descontrol. Triunfo ante Holanda por 3 a 1 y la gloria en las manos. La nena se cuelga de la baranda y se saca una foto con una Leona, con Macarena Rodríguez. Hasta hoy la guarda como trofeo de un momento sin igual. Esa nena viajó desde Misiones para verlas en vivo por primera vez. Se llama Lucina von der Heyde y se enamora de eso que vive. Quiere jugar en la selección.

Ahora es viernes (por ayer) y esa nena creció: tiene 21 años pero mantiene la cara de inocencia. Lleva dos años en Las Leonas: ya fue campeona panamericana, de Champions Trophy y disputó sus primeros Juegos Olímpicos en Río de Janeiro 2016. Es una de las grandes apariciones del equipo en los últimos años y despliega talento sin pudor, de jerarquía innata. En el marco de espera de los encuentros (5) que arrancan hoy con Gran Bretaña en Rosario (a las 18.30 en el Mundialista, entradas agotadas) atiende a la prensa y analiza los meses venideros, reconoce que el sueño del mundial le pica, pero ahora desde el lado de adentro, aunque aclara: «Primero me tengo que ganar el lugar». De no mediar un inconveniente extraordinario, es un hecho que lo jugará. Y se entusiasma cuando habla del equipo, que busca la mejor forma: «Cuando encuentre el equilibrio este equipo va a ganar grandes cosas», tira. Y mira fijo a un punto perdido. ¿Se verá el Big Ben?

¿Cómo notás que está el equipo a un mes de haber empezado a entrenar y ya con seis partidos encima, los amistosos que jugaron ante Bélgica en Buenos Aires hace unos días?

Estamos muy entusiasmadas porque sabemos que es un año importante, es el año del mundial (en Londres, en julio), nuestro objetivo más fuerte. Estamos un poquito cansadas porque empezamos el año con todo, muy duro, intenso, le estamos dando mucho a lo físico y también al hockey, corrigiendo un montón de aspectos a partir de los partidos contra Bélgica que nos sirvieron para ver errores y virtudes. Ahora creo que en los encuentros con Gran Bretaña va a suceder lo mismo, nos van a usar de espejo para ver qué estamos haciendo mal y para seguir entusiasmadas para llegar de la mejor manera al mundial.

Bélgica y Gran Bretaña son muy diferentes. ¿Esta es una serie aún más exigente por tratarse del Nº 2 del mundo?

Sí, mucho más exigente y con una calidad de pases superior a la de Bélgica (13ª), nos conocemos bastante, venimos de jugar contra ellas en la Liga Mundial (noviembre), de tener varios amistosos en Londres, sabemos que son las campeonas olímpicas, que tienen una intensidad y ritmo de juego muy lindo y va a ser una hermosa experiencia, un lindo reto para seguir corrigiendo cosas. Con equipos que juegan parecido nos cuesta más soltarnos pero intentaremos hacerlo de la mejor manera.

Sobre lo que tienen hoy Las Leonas. ¿De qué dirías «esto no lo podemos perder» o «esto es clave corregirlo ya»?

Nuestra verticalidad, nuestro juego ofensivo es muy bueno, es lo que mejor hacemos. Tenemos que corregir la defensa, los partidos contra Bélgica nos mostraron eso (tres victorias y tres empates). Hay un montón de cosas que siempre uno tiene que mejorar, uno no es perfecto. También estamos intentando tener equilibrio entre el juego con y sin bocha.

En los dos últimos años quizás Argentina no tuvo los resultados que esperaba. ¿Pensás que eso tuvo que ver más con inexperiencia que con capacidad? En 2017 «subieron» muchas jóvenes.

Somos un equipo muy joven, lo sabemos, lo tenemos en cuenta y estamos abiertas a seguir aprendiendo. Sumar experiencia con todos estos partidos nos vienen muy bien, sobre todo a las de mi camada (campeonas del mundo Sub 21 en Chile 2006), el roce internacional nos sirve para llegar al mundial de la mejor manera. Y para que las más grandes nos sigan transmitiendo ese conocimiento y esa confianza adentro de la cancha.

Claro, son un grupo grande (15) que se conoce del Sub 21 pero, ¿se siente demasiado el cambio al mayor?

Totalmente, el roce en un Junior es diferente. Mi camada, la nueva, viene entrenando hace tres años, nos conocemos pero tenemos que conocernos con las más grandes, lo estamos haciendo. Una vez que encontremos el equilibrio vamos a ser un equipo muy importante que va a ganar grandes cosas.

De eso hablaba Belén Succi, la capitana, antes de la Liga Mundial (noviembre). ¿Consiguieron ganar amén de los resultados?

¡Sí! El año pasado por los resultados fue negativo, porque uno quiere ganar siempre y estar en el podio. Pero no se dio y sabemos que estamos creciendo, que somos un equipo nuevo, que nos faltan un montón de cosas por aprender y en lo grupal, que es lo más importante, ganamos un montón. Por lo menos yo me llevo mejor con mis compañeras y adentro de la cancha esa confianza, ese «yo corro por vos», ese apoyo constante es muy bueno y habla del equipo que somos.

Las más grandes dicen que hay que hablar mucho con las más chicas. Vos que estás del lado de las chicas, ¿qué decís?

Todo el tiempo las escuchamos, son como nuestras maestras, nuestras entrenadoras adentro de la cancha, porque ellas saben a lo que se enfrentan. Vivieron muchas cosas más que nosotras, tienen mucha experiencia, tranquilidad y confianza. Necesitamos eso, nosotras venimos aprendiendo, no sabemos a lo que nos enfrentamos, en mi caso nunca jugué un mundial mayor, muchas de las que están acá tampoco. Ellas nos transmiten y enseñan sobre lo que va a venir.

No jugaste un mundial de mayores pero entre el 2016 y 2017 fuiste campeona mundial Junior, de Champions Trophy con Las Leonas y disputaste los Juegos Olímpicos.

Sí, fue muy rápido, todavía no caigo. Uno está adentro de la cancha y se olvida de un montón de cosas. Quiere jugar, ganar y seguir yendo para adelante. Por ahí con mi poca experiencia no sabía a lo que me estaba enfrentando, disfruté un montón los Juegos pero también me sirvieron para crecer y transmitir eso a mis compañeras del Junior en ese momento.

Cuando siendo muy chica te fuiste a Buenos Aires y le dijiste a tus viejos «yo me quiero quedar a jugar hockey rápido», ¿también querías ser Leona?

Sí, cuando tenía 14 años me di cuenta que quería dedicarme al hockey y le dije a mi papá que quería llegar a la selección, pero que mi primer sueño era superarme a mí misma y poder crecer como jugadora. Por eso me fui a Buenos Aires, porque sabía que en Misiones no iba a poder, estamos muchos escalones por debajo de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba que son las tres provincias elite. Me acuerdo que le había dicho a mi papá que quería jugar al «hockey rápido» y tener partidos con intensidad, enfrentarme a equipos diferentes cada fin de semana. En Misiones por ahí éramos seis equipos. Quería cambiar eso, mi hockey, mis posturas, aprender y después, si a consecuencia de eso llegaba la selección, mucho mejor.

Para ser Leona, ¿se nace, se aprende, se tienen ciertas características?

Los líderes son naturales, nacen con eso. A mí me pasa de tener como ejemplos muy grandes a Roger Federer y Manu Ginóbili, ellos nacieron con ese don, pero también lo aprendieron. Aprenden esas cosas que les dan los años, la experiencia, lo vivido, el disfrute, y creo que uno para ser líder debe asumir muchas cosas, muchas responsabilidades, incluso lo que no sabe. Para eso está la gente más grande, pero se nace. Y se aprende a la vez.

Y cuando te dicen que te parecés a Cecilia Rognoni, emblema del seleccionado, ¿qué pensás?

¡No! (Risas) Es un privilegio que me digan eso, porque para mi Rognoni siempre fue mi estándar, mi ejemplo en la selección, en el hockey. Pero fue única. Me pone piel de gallina cada vez que me dicen eso, pero no, somos diferentes.

¿Dónde estabas en diciembre de 2002 cuando Las Leonas ganaban su primer mundial en Australia?

(Risas, piensa) En mi casa, levantada temprano, mirando la tele. Tenía cinco años.

¿Y cuando ganaban el de 2010 en Rosario?

¡En la cancha! Vinimos con mi mamá y mis hermanas, que también hacen hockey. Fue tremendo, me acuerdo de estar en un sector donde mirábamos por debajo de la escalera, veíamos a Las Leonas antes de que entren a jugar. Yo las quería ver, estaba re nerviosa, me temblaba todo el cuerpo, no podía creer. Para nosotras, venir de Misiones y ver a Las Leonas por primera vez era único. Y después la hinchada, cómo estaba ese estadio. Me acuerdo la presencia que tenían las chicas adentro de la cancha. Una vez que ganaron y sonó la corneta fue un descontrol. Nos colgamos de la baranda a sacarnos fotos con las jugadoras, me saqué con Maca (Rodríguez) y después ella fue mi compañera y capitana en River (donde juega desde que emigró a Buenos Aires). Esa experiencia que tuve como fan me hace entender ahora a la gente, a las nenitas que están afuera. Lo disfruté así y lo disfruto hoy desde adentro.

¿Si viviste un mundial así, ahora que estás adentro, es un desvelo aún mayor?

Sí, lo tuve cerca y creo que como fue acá en Argentina fue único, porque la hinchada es apasionada, alienta todo el tiempo. En Londres a pesar de que no vamos a ser locales creo que igual vamos a sentir eso, porque Argentina es así, va a llevar mucha gente y hay hinchas en todos los países en los que jugamos. Primero quiero quedar en la lista definitiva, pero sí, también quiero que se me cumpla el sueño de jugar un mundial de mayores.

 

 

 

 

 

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