Estela de Carlotto fue recibida por Francisco: «Está preocupado por Argentina»

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo calificó como «muy cálido» el encuentro de veinte minutos que mantuvo con el sumo pontífice.

El papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que viajó a Italia para recibir el martes pasado un doctorado honoris causa de la Universidad Estatal de Milán.

A la salida del Palacio Apostólico, Carlotto, de 87 años, contó a la prensa que, durante una charla «muy cálida» de entre quince y veinte minutos, lo vio al Papa muy bien, pero «preocupado por la Argentina», así como por otras situaciones «salvajes» del resto del mundo.

Durante la audiencia -en la que estuvo acompañada por su hija mayor, Claudia y la monja francesa Genevieve Jeanningros, sobrina de la religiosa francesa asesinada durante el régimen militar, Leonie Duqyet-, Carlotto le renovó al Papa, a través de una carta, el pedido de las Abuelas para que la Iglesia coopere «con todos los archivos» de los tiempos de la dictadura, que gracias a Francisco fueron puestos a disposición.

«En la carta se le pone que hay algunas dificultades para algunos que quieren tener noticias porque el trámite es muy largo, muy engorroso», indicó. Pero destacó el hecho de que el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argebtina, el obispo Oscar Ojea, tuvo «la gentileza» de ir a visitar a las Abuelas a poco de ser electo al frente del Episcopado. «Es una excelente persona, muy simple y muy ‘brava’, según dijo el Papa», puntualizó Carlotto, que también contó que hablaron del reciente hallazgo, por parte del obispo castrense, Santiago Olivera, del libro de bautismos de la capilla Stella Maris de la ESMA, de los años 1975 a 1979, documento al que aún no pudo acceder.

Carlotto, quien recordó que vio por primera vez a Francisco después de una audiencia general, en abril de 2013, y que en noviembre de 2014 fue recibida junto a su familia y su nieto recuperado, Ignacio Guido Montoya Carlotto, no ocultó su entusiasmo después del encuentro.

«Fue una charla muy cálida, yo soy católica, lo veo como un hermano, me permito decirle cosas en su cara alegre. Lo encontré bien, está muy ocupado por supuesto y muy preocupado también», dijo. «Hablamos de temas de violaciones a los derechos humanos. Justamente otra de las premiadas en Milán es de México, y él dijo que también está preocupado porque lo que está pasando en México, tanta muerte, mataron a dos sacerdotes el otro día», apuntó.

«Hablamos de la Argentina, también está preocupado por la Argentina, pero bueno, ese es un tema que hay que abordarlo profundamente», dijo, sin entrar en detalle.

«Fue una charla muy amistosa, muy cálida, corta, no era para más, pero se habló todo lo que se tenía que hablar. Él dijo que recemos por él y él iba también a rezar por nosotros», relató. «Él reza por el mundo entero, hay tanto daño, le preocupan las situaciones de lo salvaje que hay ahora en el tratamiento humano, que se consiguen sicarios y se dice tranquilamente ‘conseguí un sicario para una venganza’. Y eso es imperdonable, que el hombre combata a otro hombre. Todos somos iguales, tenemos sangre en el cuerpo, no interesa el color de la piel, ni de dónde vivamos ni cómo, sino que hay que respetar al diferente porque no es el enemigo. Y en la Argentina lo que hay que hacer es eso. Tenernos como amigos para levantar el país de lo que está cayendo, para recuperar lo que se está perdiendo, pero siempre en paz. En paz porque todo lo que sea violencia o actos que transgreden lo normal, no estamos de acuerdo las Abuelas», comentó.

Carlotto, que esta tarde volverá a Milán para seguir con sus actividades allí, confesó que no se animó a tocar el tema del postergado viaje de Francisco a su patria. «Me habían dicho que le diga que venga a la Argentina, pero no me atreví», dijo, sonriente.

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