Buscan a una nena argentina en el Sudeste asiático: se la llevó su papá, que no tiene la custodia

 Hace casi ocho meses que Elizabeth Avalos no sabe nada de su hija de siete años y armó una campaña en las redes para encontrarla. Investigan si está en Malasia o Indonesia.

Cinco de julio de 2017. Alum salió del colegio de la mano de su papá y nunca más los vieron en la Argentina. Elizabeth Avalos busca en Indonesia a su hija de 7 años, después de que su exmarido, que no tiene la custodia de la nena, se la llevó al país asiático tras cruzar Bolivia, Brasil y Malasia.

El padre, Jorge Gabriel Langone, fue a buscarla a la escuela República Oriental del Uruguay en el barrio de Flores. Horas después, abandonó junto a ella el país con el apoyo de su familia y bloqueó la comunicación con la mamá.

«Es inexplicable la sensación, no encuentro palabras para explicarlo, una madre o un padre pueden imaginarlo, la sensación es que te falta oxígeno», dijo Elizabeth en conversación telefónica desde Malasia. La mujer y Langone se encontraban en el proceso judicial para dirimir la custodia de Alum, que finalmente fue otorgada a la mamá, cuando se comprobó que su expareja había abandonado el país con la hija.

Langone, de 41 años y conocido como «Gito» o «Dalam», viaja junto a su actual pareja, Candela Soledad Gutiérrez, de 35 años, y su hija haciendo dedo. Según trascendió, utilizan nombres falsos y se hacen pasar por una familia. Ambos adultos tienen una orden de búsqueda y captura de la Interpol y sus pasaportes anulados. Asimismo, Alum se encuentra en la lista de personas desaparecidas de esa organización de policía internacional.

La pareja de fugitivos cruzó a Brasil a través de Bolivia, y desde allí se cree queembarcaron hacia Malasia, donde el aviso de la mamá llevó a alertar a las autoridades de ese país. Según contó Elizabeth, desde la Cancillería argentina «trabajaron muchísimo» y le pagaron los viajes para que pueda encontrar a su hija.

Sin embargo, cuando llegó al Sudeste asiático no tuvo la misma respuesta de la policía local. «Conseguí un montón de datos, ‘mails’ y teléfonos que ellos usan, y no pudieron hacer nada porque dependen de un montón de cosas, no tienen las herramientas necesarias, toda la información llegó tarde», explicó.

Los testigos que ayudaron a Langone a cruzar la frontera le dijeron a la mamá que los fugitivos viajaron a finales de diciembre desde el estado de Johor, en el sur de Malasia, a Batam, en el noroeste de Indonesia, y desde allí continuaron en barco hacia Yakarta.

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