Un policía se hizo pasar por alumna para detener al instructor de parapente

El principal imputado por la muerte de la médica Natalia Vargas fue detenido en las últimas horas. También se investiga a los empresarios responsables de la compañía del servicio.

Ariel Salazar, el piloto que llevaba a Natalia Vargas, la joven médica tucumana que falleció cuando realizaban un vuelo en parapente, fue detenido por personal de la División Homicidios.

Salazar está imputado por el delito de «homicidio culposo». Y se bien se trata de una instancia excarcelable, el supuesto instructor quedó detenido por entorpecer la causa.

A lo largo de las últimas dos semanas, Salazar se había ido de su domicilio y había comenzado a escaparse de la justicia. Por eso, para la detención se empleó un mecanismo particular: una policía se hizo pasar como una alumna de parapente para poder encontrarlo. Una vez hallado, lo siguieron hasta que se produjo la detención definitiva, justo cuando estaba por ingresar al domicilio de su madre.

El juez Francisco Pisa había ordenado la detención el último viernes y se tardó cuatro días en poder llevar a cabo el procedimiento. Salazar había dicho que vivía junto a su madre, pero no era cierto. Días antes, agentes habían visitado la casa de la madre para buscar las cámaras que registraron el accidente y había solo dos camas, donde dormían la señora y un hermano del acusado.

Gracias al operativo de camuflaje de su agente, se pudo conocer que el hombre residía en un domicilio nunca antes revelado junto a su novia.

La Justicia lo acusa de ocultar las imágenes del hecho que filmó con una cámara y de no haber informado su verdadero domicilio.

La causa también abrió puertas respecto a los vuelos de parapente en la provincia de Tucumán. La investigación intenta confirmar que las empresas que brindan el servicio y las compañías responsables de los sitios donde se realiza la práctica tuvieron conocimiento sobre accidentes previos en los vuelos y apelaron a un «manto de silencio» para mantener el negocio intacto.

Tanto la fiscal Reuter como sus pares, Mariana Rivadeneira y Diego López Ávila intentarán demostrar en los próximos días la responsabilidad en el caso de los titulares de Loma Bola y de la compañía que ofrecía el servicio. De avanzar la causa, se podría llegar a presentar imputaciones por «homicidio con dolo eventual».

El 29 de diciembre, Natalia Vargas, médica tucumana que realizaba una especialización en Alemania desde hace tres años, llegó a Loma Bola, en San Javier, para realizar un vuelo biplaza en parapente.

Por un supuesto error en el sistema de seguridad, la joven de 22 años, oriunda de Concepción que volvió al país para pasar unos días con su familia, cayó al vacío y murió en el acto.

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