ONU advierte del aumento de basura electrónica y la falta de legislación en países de la región para la gestión de recolección y reciclaje

Un reciente informe del organismo internacional coloca a la Argentina en el ránking de los países de América Latina que más contaminación genera por el alto consumo de electrónicos per cápita y ausencia legislación para su disposición y tratamiento adecuado de recolección y reciclaje, después de Brasil y México.

Para la Organización Naciones Unidas (ONU), la región tiene una carencia de regulación al respecto de la gestión de los residuos electrónicos. Al 2018, solo siete países tienen leyes aprobadas para atender la problemática: Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú, pero incluso así se encuentran en un proceso muy inicial y necesitan hacer mejoras, respecto a otros países desarrollados.

En otros países de la región como la Argentina, Brasil, Panamá y Uruguay recién se ha comenzado hablar más seriamente para abordar un marco legislativo que regule qué hacer con los aparatos electrónicos desechados.

Todos los celulares, computadoras, impresoras, cámaras fotográficas y demás equipos electrónicos que ya no tienen vida útil se consideran basura electrónica y representa un problema para el planeta y la salud de las personas.

La también conocida como chatarra eléctrica es una de las consecuencias del mundo digital y de la sociedad de la información, indicaron desde Naciones Unidas (ONU).

Según un informe presentado en Sao Paulo, Brasil, recientemente, se muestra que alrededor del 30% de la basura es depositada en lugares inadecuados. En América Latina y el Caribe se produciría un volumen de casi 540.000 toneladas diarias de basura electrónica y se calcula que, para el 2050, la basura producida en la región llegue a las 671.000 toneladas cada día.

En tanto, la BBC Mundo publicó el último Informe de la ONU sobre Basura Electrónica de 2017 (Monitor Global E-waste 2017 en inglés) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) , en la que atribuye esta problemática a la mejora del poder adquisitivo y a la caída de los precios de los dispositivos electrónicos.

Llos frigoríficos, los televisores, teléfonos, computadoras y demás equipos que se descartan contienen sustancias que representan un riesgo para el medio ambiente y para la salud.

Los datos del estudio realizado por la Universidad de las Naciones Unidas en colaboración con la Unión Internacional de Comunicaciones y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos muestran que los desperdicios han ido en aumento. En total, la basura electrónica generada en el planeta en 2016 fueron 44,7 millones de toneladas métricas, lo que equivale a 4.500 torres Eiffel de basura. Los desechos electrónicos crecieron en un 8% en dos años y solo se recicló el 20% de la basura generada, aunque desde la ONU se destacó que cada vez más países están adoptando legislación al respecto.

«La gestión de la basura electrónica es una cuestión urgente en el mundo de hoy, digitalmente dependiente, donde el uso de aparatos electrónicos crece constantemente», aseguró en un comunicado el secretario general de la UIT, Houlin Zhao.

El 76 % de los aparatos desechados en 2016 fue a parar a vertederos o incineradoras, fueron reciclados de manera informal o quedaron almacenados en domicilios. El estudio lamenta además que no se aprovechen «los ricos depósitos de oro, plata, cobre, platino, paladio y otros materiales de alto valor que son recuperables».

Según apunta, el valor agregado de todos estos materiales ascendió el año pasado a unos 55.000 millones de dólares (46.710 millones de euros), equivalente al producto interior bruto (PIB) de países como Costa Rica, Panamá o Uruguay.

Por tipo de dispositivo, los equipos pequeños (de aspiradoras a microondas, radiocasetes o juguetes electrónicos) fueron los más comunes (16,8 millones de toneladas), seguidos por los grandes aparatos (como lavadoras o fotocopiadoras), con 9,2 millones de toneladas, equipos de frío y calor (7,6 millones), pantallas (6,6) y equipos de comunicaciones pequeños (móviles, tabletas, etc), con 3,9 millones de toneladas.

La generación media per cápita de basura electrónica repuntó un 5 % en 2016 respecto a 2014, hasta los 6,1 kilos, aunque con abultadas diferencias entre continentes, con Australia, Nueva Zelanda y otras naciones de Oceanía a la cabeza (17,3 kilos por persona), seguida por Europa (16,6), América (11,6), Asia (4,2 %) y África (1,9 ).

Europa es el continente con una tasa de reciclado más elevada (35 %), claramente por delante de América (17 %), Asia (15 %) y Oceanía (6 %), en una clasificación en la que no se incluye a África por falta de datos fidedignos.

El informe, en el que han participado la Universidad de Naciones Unidas (UNU) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), augura un fuerte incremento de la basura electrónica en los próximos años, con un aumento del 17 % para 2021 y una subida per cápita hasta los 6,8 kilos.

La región

Sobre América Latina, el documento norteamericano señala que la región tiene mucho por hacer en esta materia ya que genera grandes cantidades de basura electrónica, pero además tiene bajos índices de recolección y reciclaje.

Durante 2016, América Latina produjo 4,2 toneladas métricas con una media de 7,1 kilos de producción de desechos tecnológicos per cápita. El primer puesto en materia de contaminación por habitante lo ocupa Uruguay, con 10,8 kg; en segundo lugar Costa Rica con 9,7 kg por habitante, Chile con 8,7 kg en tercer lugar, mientras que el cuarto lugar lo ocupa la Argentina, con 8,4 kg por habitante, según las estadísticas del informe.

Pero en términos generales, los países latinoamericanos que más desperdicios electrónicos generaron fueron Brasil con 1,5 toneladas métricas, México con 1 tonelada métrica y Argentina con 0,4 toneladas métricas.

 

Países (en función de basura por habitante) Cantidad por habitante (en kilos) Cantidad por país (en kilotoneladas)
1. Uruguay 10,8 37,1
2. Costa Rica 9,7 47,6
3. Chile 8,7 158,6
4. Argentina 8,4 367,6
5. México 8,2 997,8
6. Brasil 7,4 153,3

 

Resulta especialmente llamativo las grandes cantidades de basura que se generan comparado con el porcentaje que se recicla, que no llega al 3% de media en la región (a excepción de México que recicla un 36% de lo que desecha).

En muchas ocasiones, señala el texto, el reciclaje lo hacen agencias privadas o no profesionales que solo se ocupan de retirar los elementos de valor de los aparatos electrónicos, pero aún no los reciclan correctamente.

 

El escenario global

A nivel global, Asia es la región donde se genera más chatarra electrónica, seguido por Europa, América (que incluye a Estados Unidos y Canadá) seguido por África y Oceanía en términos totales.

A nivel de la basura generada por habitante, África es la que menos y Oceanía la que más, pero la organización señala la dificultad de acceder a datos fiables y cree que un 80% de los desperdicios no se documentan.

A pesar del incremento en la cantidad de chatarra, la ONU dice que se están dando pasos hacia adelante con un 60% de los países a nivel mundial adoptando legislación al respecto.

También señala que uno de los motivos del incremento de la basura de este tipo es que cada vez más personas tienen mayor acceso a estos productos y quienes ya lo tenían renuevan sus terminales o aparatos.

Para la ONU, es importante promover un enfoque de economía circular, cerrar todos los vertederos a cielo abierto y comparar el costo de la inacción con el del acceso a mejores soluciones tecnológicas. Este último representaría un costo más bajo en el futuro, ya que no hacer algo por solucionar el problema traería más conflictos a largo plazo. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los países industrializados logran aprovechar más de la mitad del material reciclable, mientras que en América Latina y el Caribe solo llega a un 14%. Otra de las recomendaciones del informe es alcanzar una tasa de recolección del 100%. Esto significa que 41 millones de personas carecen de acceso a la recolección.

 

 

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