¿Sabés qué pasa, papá? Con lo que juegan esos pibes yo no puedo jugar…», le respondió Benjamín Rollheiser a Diego, su papá, un día de 2014 cuando este le pidió un favor, uno más, el último: que volviera a probarse en River. Volviera, sí, porque el más chico de los tres hermanos ya lo había hecho e incluso había sido aceptado pero no quiso o, mejor, no pudo quedarse y hoy, miralo hoy… Benjamín es el único juvenil de las inferiores al que Marcelo Gallardo seleccionó para viajar a Estados Unidos para la pretemporada.

«El primer año que me lo pidieron no se los dí porque era muy chico. Fue por 2009 y él tenía nueve años. Al tiempito hizo una prueba en Estudiantes de La Plata y quedó pero en 2012 se quiso ir porque habían echado a Carlos Bottegal, que era quien lo había llevado. Entonces se probó en River con otros dos chicos de Estudiantes y al segundo día que tenía que ir dijo que no quería. Lo abrumó todo: el ritmo, la ciudad, la gente, todo. Es que nosotros veníamos del interior y en la Capital se vive de otra manera», cuenta Diego Rollheiser a Infobae, como justificando a su hijo de aquel no.

La familia Rollheiser es de Coronel Suárez, una ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires. Allí dos clubes se reparten casi en su mayoría el corazón de sus cerca de 40 mil habitantes. Uno es Blanco y Negro; el otro Deportivo Sarmiento, de donde surgió Benjamín, el único juvenil de las inferiores de River al que Marcelo Gallardo llevó a los Estados Unidos con el plantel superior para hacer la pretemporada.

«Yo trabajaba en infantiles de Deportivo y un día Benja, que era un nene, se metió a jugar un ratito y llamó la atención. Metió un gol y todo», recordará Diego sobre aquel primer día de futbolista de su heredero y con su voz pausada agregará: «Y bueno, ya se quedó ahí».

Benjamín en inferiores de Deportivo Sarmiento de Coronel Suárez (de izquierda a derecha, el cuarto entre los que están parados)

Benjamín en inferiores de Deportivo Sarmiento de Coronel Suárez (de izquierda a derecha, el cuarto entre los que están parados)

Ahí, donde cuenta su papá, estaba Lucas Andersen, técnico de fútbol de las inferiores del club. «De lo que me ha tocado en estos 10 años que llevo en el club es lo máximo que he visto, era distinto al resto, en ese momento ya te dabas cuenta que era distinto porque tenía mucha habilidad técnica y porque mentalmente siempre estuvo un pasito más adelante del resto», relata en diálogo con Infobae uno de los formadores de Benjamín y añade: «A los 7 u 8 años te tiraba la pelota por una lado y la iba a buscar por el otro y a esa edad los chicos no saben, no conocen esas cosas, tenía esa picardía de jugador distinto, como quien dice de crack».

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Benjamín Rollheiser, delantero pero que tiene además características de conductor, tiene 17 años. Nació el 24 de marzo de 2000 y en él Marcelo Gallardo vio el futuro. «Hasta donde llegue va a depender de él porque tiene condiciones para lograr lo que se proponga. Todavía es un chico y vos fijate que Gallardo se lo llevó con él a prepararlo. Algo le habrá visto… Ojalá lo podamos disfrutar y lo podamos ver en los mejores niveles», dice Lucas.

Benjamín con la camiseta de Deportivo (de izquierda a derecha, el quinto de la fila de abajo)

Benjamín con la camiseta de Deportivo (de izquierda a derecha, el quinto de la fila de abajo)

Diego, su papá, y Lucas, uno de sus primeros formadores, hablan por separado  pero se repiten en los temas centrales. Conocen bien a Benjamín…

Su mejor característica

Diego: «Nunca darse por vencido».

Lucas: «Su constancia, siempre con voluntad, siempre luchó para ser lo que quiso y creo que hoy lo está disfrutando».

Como futbolista es…

Diego: «Él juega muy bien al fútbol, tiene la cancha en la cabeza, es muy inteligente.Cuando era chico jugaba con categoría 98 y sobresalía dominando la pelota solito pero yo lo retaba porque al fútbol se juega en equipo, hay que pasar la pelota».

Lucas: «Un jugador inteligente que maneja muy bien las dos piernas pese a que él es zurdo».

Su temperamento

Diego: «Benja es un chico que va a contar poco de lo que le pasa. Es muy reservado. Su vida es el fútbol. Tiene muchos amigos, en mi casa suelen estar todos desde que tengo memoria. Siguen viniendo los que jugaban con él cuando estaba en la vereda pateando, siempre, todo lo que era redondo le servía. Mi señora le decía que se fuera del patio porque le rompía las plantas y yo le decía: dejalo…»

Lucas:  «Las veces que he tenido algún problema con Benjamín siempre vino, pidió disculpas, es un chico que sabe, que entiende. Lo que pasaba es que nosotros somos un club totalmente amateur, tratamos de hacer jugar a todos, de que se diviertan y a él por ahí le costaba entender que sus compañeros no estuviera a su altura. Esas cosas tuvimos que ir cambiando pero de a poco supo entender que para que funcione el resto del equipo él tenía que alentar a sus compañeros y ayudarlos. De a poco lo fue entendiendo».

Jugar en Primera

Diego: «Si Benja juega en Primera va a cumplir el sueño de muchos en esta ciudad(Coronel Suárez), es el primer jugador de acá que llega a la Selección (ndr: ha integrado planteles Sub 17) y eso ya ha provocado mucho orgullo pero si puede debutar en River sería un sueño, sobre todo para la familia, porque somos todos hinchas».

Lucas: «Ya la convocatoria a la pretemporada es un orgullo. La ciudad es como que todavía no ha caído… Los que estamos cerca de Deportivo y que conocemos a Benjamín estamos conmovidos, es muy grato verlo con la camiseta de River en el plantel superior, entrenando con profesionales y saber que empezó con nosotros y que algo le puedo haber aportado a mí me llena de orgullo».

El primer paso para cumplir su sueño, cuentan, fue muy repentino. Hasta el miércoles de la semana pasada Benjamín Rollheiser no tenía confirmación oficial de que iba a integrar la delegación de River que el viernes viajó a Estados Unidos. Lo habían mandado a hacer, sin embargo, los trámites necesarios para ingresar a ese país. Era un indicio más que evidente. El jueves recibió el llamado y le indicaron que hiciera el bolso. Benjamín Rollheiser. 17 años. 1,73 metro. Delantero o enganche. Del interior más profundo de la provincia de Buenos Aires. El que decía que no estaba a la altura de un jugador de River…