Verano 2018 en Brasil: por el aumento de la violencia, decretan la calamidad en la seguridad del estado donde están Pipa y Natal

Los policías están en huelga desde el 20 de diciembre; los asesinatos se incrementaron un 35%; la paralización ocurre en plena temporada veraniega, cuando decenas de miles de turistas -entre ellos muchos argentinos- llegan a disfrutar de las playas.

 

Como consecuencia de una huelga policial que ya se arrastra desde el 20 de diciembre, el estado de Río Grande do Norte decretó hoy la «calamidad de la seguridad pública» en plena temporada veraniega, cuando sus playas se llenan de turistas, muchos de ellos argentinos.

 

El gobernador Robinson Faria justificó el decreto en el aumento de los índices de violencia derivado de la paralización de las actividades de los policías civiles y militares así como de la mayoría de los bomberos, que reclaman el atrasado pago de los salarios de noviembre y diciembre además del aguinaldo. En los primeros 15 días desde que comenzó la huelga, las autoridades contabilizaron 106 asesinatos en todo el estado, un 35% más que en el mismo período del año pasado, cuando hubo 78 muertes violentas.

 

La medida, que en principio regirá por 180 días, permite al gobierno «contratar cualquier servicio disponible, público o privado, con la finalidad de reestablecer la normalidad». Asimismo, habilita a las autoridades a adoptar «medidas de emergencia» -como toques de queda- para garantizar la seguridad.

 

Ante la falta de acuerdo entre el gobierno estatal y las asociaciones policiales, ya el 29 de diciembre el presidente Michel Temer había aprobado el envío de 2800 efectivos de las fuerzas armadas para patrullar las regiones metropolitanas de Natal , la capital estatal, y la ciudad de Mossoró, la segunda más poblada. Es posible que ahora el gobernador Faria incluso solicite un refuerzo de efectivos al Palacio del Planalto.

 

La huelga de las fuerzas de seguridad había sido considerada ilegal por la Justicia justo después de Navidad. A pedido de la Procuraduría General estatal, la jueza Judite Nunes determinó que los policías debían retomar sus funciones de inmediato bajo amenaza de multas diarias de hasta 9000 dólares a los sindicatos que agrupan a los agentes. Representantes de los policías y del gobierno se reunieron para negociar una salida esta última semana, pero no se llegó a una solución.

 

El paro de las fuerzas de seguridad ocurre en momentos en que decenas de miles de turistas viajan a Río Grande do Norte para disfrutar el verano en sus paradisíacas playas de Galinhos, Genipabu, Ponta Negra, Tibau do Sul y Pipa , esta última destino muy popular entre los argentinos y donde también hay una numerosa comunidad argentina permanente, dueña de posadas, restaurantes y tiendas.

 

La situación en Río Grande do Norte recuerda otras dos paralizaciones policiales que ocurrieron el verano pasado en los estados de Río de Janeiro y Espíritu Santo -también derivada de la crisis financiera en esos distritos- que generaron un incremento significativo de criminalidad, violencia y muertes.

 

La Nación

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