La industria, el transporte, la construcción y la exportación son los sectores más beneficiados con la reducción de ingresos brutos en Misiones

El Consenso Fiscal compromete a las provincias a reducir progresivamente las alícuotas de ingresos brutos durante un período de 5 años. El mecanismo, pensado por el equipo económico del Gobierno nacional, busca reducir el efecto cascada disminuyendo primero las alícuotas en la producción, la industria, el transporte, la exportación y la construcción. Para reducir el impacto que tendrá en las finanzas provinciales la reducción de alícuotas en ese amplio abanico de actividades, se autoriza a las provincias a elevar hasta 5 por ciento las alícuotas sobre el comercio minorista y mayorista, los últimos eslabones de la cadena. Teóricamente, los costos para el comercio deberían bajar por la reducción impositiva a los eslabones anteriores, lo que debería reflejarse en los precios.

En este primer año de aplicación de lo dispuesto en el pacto fiscal, el sector más favorecido es el industrial. Todas las industrias: yerbateras, tealeras, madereras, aserraderos, carpinterías, metalúrgicas, etc. verán reducida su alícuota del impuesto sobre los ingresos brutos de 3,5 por ciento a  2 por ciento. Para dimensionar la magnitud de la reducción: si una industria tributó 200.000 pesos en diciembre de 2017 de ingresos brutos, pasará en enero de 2018 a pagar  114.200 pesos, lo que implica una reducción de impuestos de 43 por ciento.

También los exportadores tendrán una reducción total, es decir del 100 por ciento dado que desde enero de 2018 las exportaciones no tributarán el impuesto a los ingresos brutos.

El transporte es la otra actividad económica favorecida. Hasta 2017 tributaban entre 3,5 y 4,5 por ciento y ahora pagarán 3 por ciento. También, para comprender la dimensión de la reducción impositiva: una empresa transportista que pagaba 100.000 pesos de ingresos brutos en diciembre, tributará 66.600 pesos en enero de 2018. La reducción impositiva oscila entre el 15 y el 33 por ciento dependiendo el tamaño de la empresa.

Con la construcción ocurre algo similar: con alícuotas que oscilaban entre 3,5 y 4,5 por ciento hasta diciembre de 2017, se verán reducidas a partir de 2018 a una alícuota unificada de 3 por ciento. Una empresa constructora que en 2017 pagaba 400.000 pesos por mes de ingreso brutos de impuestos, deberá pagar 267.000 pesos desde enero de 2018.

Este primer proceso de reducción de impuestos, según lo sostenido por sus defensores e impulsores, busca reducir el “efecto cascada”, es decir el cobro del impuesto sobre impuesto en cada etapa productiva (ejemplo: secadero de yerba que traslada el impuesto al molino, que lo traslada al mayorista, que lo traslada al comercio minorista). En teoría, la reducción de impuestos a la industria y el transporte debería redundar en bajas de precios en estos sectores y cadenas de la producción.

En el mismo sentido, reducir el impuesto en sectores que registran numerosas transacciones con cadenas de valor, debe ir acompañado con subas en las ventas en las últimas etapas de la cadena de comercialización. Es por eso, que el consenso fiscal admite elevar las alícuotas de los comercios y los diferentes servicios (financieros, hoteleros, inmobiliarios, etc) al 5 por ciento, lo cual en Misiones no ha ocurrido en la mayoría de los casos: el comercio al por menor sigue tributando la alícuota de 4,5% y únicamente se ha incrementado la alícuota del comercio al por mayor de 3,5% a 4,5% que  -siguiendo con la lógica de los impulsores de estos cambios tributarios- se verán beneficiados con reducciones de precios que se producirán en las etapas previas de la producción por la rebaja de impuestos a la industria y al transporte.

El efecto final es, a todas luces, una reducción importante de la presión impositiva provincial para el año 2018, que significará una merma de recursos para las provincias y los municipios, y una mejora en la rentabilidad de la economía privada en su conjunto.