Dos hombres de nacionalidad paraguaya fueron encontrados muertos anteayer en el paraje Atalaya, del departamento correntino de Santo Tomé, fueron asesinados en la noche del miércoles 20 de diciembre, según revelaciones de la concubina del principal sospechoso.
La mujer, de 23 años, actualmente demorada, habría dado detalles contundentes ante las autoridades judiciales. Si bien dijo no ser testigo visual de los homicidios, mencionó que desde el interior de la casa situada en una chacra escuchó una discusión entre su pareja y las víctimas y, segundos más tarde, disparos de un arma de fuego.
Los hombres, conocidos entre sí, estaban afuera de la vivienda. Consumieron bebidas alcohólicas y pelearon por un motivo todavía no precisado, aunque una versión indica que los extranjeros tuvieron una actitud indecorosa hacia la mujer de su amigo y ello provocó la confrontación. “Suele ser muy celoso”, habría dejado trascender la chica, llamada Alejandra L.
El testimonio de la joven puede ser la clave para desentrañar la historia macabra. Ella, según datos a los que accedió diario época, apuntó a su marido, Alejandro G., un ex carnicero de 41 años, como el presunto autor material del doble asesinato.
La mañana del viernes, la Policía que rastrillaba la zona encontró el cadáver de Ramón Benedicto Espínola Cristaldo, de 47 años, en un canal de agua cercano a una plantación de pinos, a 2 kilómetros de la casa donde lo habrían matado.
El cuerpo estaba con el cráneo sin partes blandas, tenía un brazo partido y en líneas generales un avanzado estado de descomposición, producto de las altas temperaturas y los días a la intemperie.
Los despliegues policiales para la búsqueda de Espínola Cristaldo fueron de menor a mayor a partir del viernes 22 de diciembre, cuando la esposa del hombre avisó que él no regresaba a su vivienda de la ciudad de Encarnación, Paraguay.
Esa mujer precisó que su marido dijo que viajaría a una zona de chacras de Santo Tomé a realizar “cobranzas”. Presuntamente, el extranjero se dedicaba a la venta de productos tales como cigarrillos y otros supuestamente no declarados en Aduana.
La pesquisa de los hombres dependientes de la Unidad Regional condujo a un remisero, persona también fundamental para dilucidar los últimos movimientos de Espínola Cristaldo y otro hombre que lo acompañaba, “también de tonalidad paraguaya”, según dijo.
El chofer, sin vueltas, indicó que en aquella fecha del 20 de diciembre llevó a dos “paraguayos” hasta el paraje Atalaya, a la vera de la Ruta Provincial 94, como ya lo había hecho en otra oportunidad.
Los investigadores se presentaron primero en la propiedad del excarnicero. Preguntaron si sabía algo y éste respondió que efectivamente Espínola Cristaldo pasó de visita, pero así como llegó poco después se fue.
Ese testimonio no fue contundente. Por ello, con autorización judicial comenzaron los rastrillajes a pie y a caballo en grandes proporciones de terreno, en zona rural.
Además de localizar el cadáver del hombre de 47 años, el viernes a eso de las 16 también dieron con el cuerpo de quien sería el segundo extranjero, a 1 kilómetro y medio de la casa del supuesto asesino, en dirección opuesta al sitio del hallazgo previo.
Esta persona respondería a la identidad de Denis Villalva, lo cual restaba confirmar mediante estudios forenses ya que también presenta signos de un avanzado estado de putrefacción e irreconocible de rostro. Los dos, a simple vista, presentan indicios de un ataque a balazos y presuntamente con un arma blanca.
Complicidad
La mujer del excarnicero, si bien no tendría un rol directo en los crímenes, habría encubierto a su pareja hasta que la Policía encontró el cuerpo de Espínola Cristaldo, ya que a partir de allí “se quebró” y decidió hablar.
Los detectives, en tanto, localizaron y detuvieron a dos hombres de nacionalidad brasileña identificados como Nilmo Valdeci G. S., de 49 años, alias “Cara”, y Jorge S., de 56 años. Ambos, presuntamente, ayudaron al principal sospechoso a ocultar los cuerpos de las víctimas, en la madrugada del jueves 21. E incluso, en poder de uno de ellos, estaba un teléfono celular que sería propiedad de Espínola Cristaldo.
El chofer, sin vueltas, indicó que en aquella fecha del 20 de diciembre llevó a dos “paraguayos” hasta el paraje Atalaya, a la vera de la Ruta Provincial 94, como ya lo había hecho en otra oportunidad.
Los investigadores se presentaron primero en la propiedad del excarnicero. Preguntaron si sabía algo y éste respondió que efectivamente Espínola Cristaldo pasó de visita, pero así como llegó poco después se fue.
Ese testimonio no fue contundente. Por ello, con autorización judicial comenzaron los rastrillajes a pie y a caballo en grandes proporciones de terreno, en zona rural.
Además de localizar el cadáver del hombre de 47 años, el viernes a eso de las 16 también dieron con el cuerpo de quien sería el segundo extranjero, a 1 kilómetro y medio de la casa del supuesto asesino, en dirección opuesta al sitio del hallazgo previo.
Esta persona respondería a la identidad de Denis Villalva, lo cual restaba confirmar mediante estudios forenses ya que también presenta signos de un avanzado estado de putrefacción e irreconocible de rostro. Los dos, a simple vista, presentan indicios de un ataque a balazos y presuntamente con un arma blanca.
Complicidad
La mujer del excarnicero, si bien no tendría un rol directo en los crímenes, habría encubierto a su pareja hasta que la Policía encontró el cuerpo de Espínola Cristaldo, ya que a partir de allí “se quebró” y decidió hablar.
Los detectives, en tanto, localizaron y detuvieron a dos hombres de nacionalidad brasileña identificados como Nilmo Valdeci G. S., de 49 años, alias “Cara”, y Jorge S., de 56 años. Ambos, presuntamente, ayudaron al principal sospechoso a ocultar los cuerpos de las víctimas, en la madrugada del jueves 21. E incluso, en poder de uno de ellos, estaba un teléfono celular que sería propiedad de Espínola Cristaldo.
Fuente: diario Época