Brasil pierde 12.000 empleos en el primer mes de la reforma laboral

Brasil registró en noviembre, el mes que entró en vigor una controvertida nueva ley laboral, una pérdida de 12.292 puestos de trabajos formales, según informó ayer el Ministerio de Trabajo del país sudamericano.

De acuerdo a los datos compilados en el Catastro General de Empleados y Desempleados (Caged) por la cartera de Trabajo de Brasil, el saldo negativo es el resultado de 1,117 millones de contrataciones frente a 1,294 millones de despidos, destacó DPA.

Según el Caged, la reducción durante noviembre del trabajo formal en el país representa un retroceso del 0,03% con respecto a octubre.

Asimismo, la bajada del trabajo formal en noviembre interrumpió en Brasil una suba de siete meses consecutivos de saldo positivo en la generación de empleos. Sin embargo, el titular del Ministerio de Trabajo, Ronaldo Nogueira, opinó que «ese saldo negativo no representa una interrupción del proceso de retomada del crecimiento económico del país».

El informe del Caged también destacó que entre enero y noviembre de este año en el gigante sudamericano el saldo total fue de 299.635 puestos de trabajo.

En cuanto al saldo negativo de noviembre, es menor que en años anteriores, señala. En noviembre de 2016 hubo un saldo negativo de 116.747 empleos y en el mismo mes del año anterior fue de 130.629 puestos.

Además, la pérdida de empleos formales en Brasil en noviembre con respecto al mismo mes en 2016 fue de 116.747, mientras que entre noviembre del año pasado y el de 2015 fue de 130.629.

De acuerdo al Caged, la industria de materias primas encabezó el sector productivo que más empleos perdió en noviembre, con un saldo 29.006 trabajadores menos. En segundo lugar se ubicó la construcción civil (-22.826), seguido de la industria agropecuaria (-21.761) y servicios (-2.972).

El comercio fue el único sector que tuvo un resultado positivo en noviembre, con 68.000 nuevos puestos de trabajo. Según detalló el Caged, el aumento de la demanda de mano de obra en ese sector se debió a las fiestas de fin de año.

El 11 de noviembre entró en vigor una controvertida nueva ley laboral, que contó con el apoyo del sector industrial y financiero del país, mientras que sindicatos y magistrados laborales la calificaron como una flexibilización de las normas de trabajo.

Entre los puntos más polémicos de la nueva legislación de trabajo brasileña están los que autorizan a embarazadas y mujeres lactantes a realizar algunos trabajos considerados insalubres, la prevalencia de acuerdos entre empleadores y contratados sobre la legislación laboral, la limitación del acceso a los tribunales laborales y jornadas de trabajo de 36 horas por cada 12 de descanso, indicó el sitio español El Universal.

 

 

 

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