Tras el OK de Marcelo Gallardo, los dirigentes definen el futuro de un jugador.
Aunque primero debía esperar que se definiera quién iba a ser el nuevo presidente del club, apenas terminó el fútbol, Marcelo Gallardo ya había gritado a los cuatro vientos que iba a haber cambios en el plantel de River. Y así fue como apenas se supo que Rodolfo D’Onofrio continuará al mando de todo, el entrenador pisó el acelerador para empezar a darle forma a su nuevo equipo.
Lucas Pratto, Silvio Romero y Damián Musto fueron, de entrada, los nombres que se empezaron a barajar para reforzar al plantel. También se habló de la necesidad de incorporar a un arquero. Y, por ende, también comenzaron los rumores sobre qué futbolistas podrían abandonar Núñez.
Uno de los más nombrados fue Augusto Batalla, quien había arrancado el 2017 como titular pero que perdió el puesto tras la llegada de Germán Lux y que hasta terminó el año relegado a jugar en Reserva por el resurgimiento de Enrique Bologna.
Y todo indica que el joven arquero (nació el 30 de abril de 1996 y tiene 21 años) será el primero en decir adiós. Su futuro estaría en Atlético Tucumán, quien está buscando un guardameta para reemplazar a Cristian Lucchetti (fue operado de una lesión en el hombro izquierdo y tendrá una recuperación de entre cuatro y seis meses) y, lo más jugoso, para disputar la Copa Libertadores.
Aunque en el fútbol no hay que dar nada por hecho hasta que se firme, se sabe que ya hay un principio de acuerdo para que Batalla pase al Decano un año a préstamo, sin cargo ni opción de compra. El único detalle a resolver es si River continuará haciéndose cargo de una parte del sueldo del juvenil o si todo quedará en manos de los tucumanos.
Si bien no es lo mismo enfrentar un torneo continental con un arquero experimentado como Lucchetti (cumplió 39 el último 26 de junio) que hacerlo con un juvenil, Ricardo Zielinski, el entrenador de Atlético, confía en el potencial de Batalla. Y nadie olvida que por algo fue hombre de Selección en cuanta división Juvenil hubo.
Para River, en cambio, la salida de Batalla podría tener un doble beneficio: por un lado conseguiría el hueco para contratar a un arquero con chapa, y por el otro Batalla podría tener la continuidad y el roce que hoy no tiene garantizados en el Monumental.
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