Caso Selene, el juicio: «La nena le tenía miedo a la madre, a su manera estaba pidiendo ayuda», declaró una testigo

Ayer empezó en Oberá el juicio por el asesinato a golpes de la nena discapacitada Selene Aguirre (2), hecho ocurrido el 29 de enero de 2015. De los dos acusados, solo declaró Rolando Lovera. Victoria Aguirre, la otra acusada y mamá de la víctima, se abstuvo de comparecer.
Como es de rigor y ante la negativa de la acusada, leyeron la declaración que ella prestó durante la instrucción de la causa. Fue una exposición muy extensa en la que la chica apuntó a su entonces pareja Lovera como el autor del crimen.
Claudio Torneus fue el primer testigo en declarar ante los integrantes del Tribunal Penal de la Capital del Monte.
«Como remisero fui hasta a la arenera Simon y traje a una mujer hasta la calle Sargento Cabral.  El hombre que la acompañaba me dijo que allí, en el destino, pagaría el viaje», recordó.
La mujer era Victoria. El hombre, Lovera. Esto sucedió la madrugada del 29 de enero de 2015.
«Nos crucé palabras con la pasajera. Sí con el hombre que me pagó. Sabía que ella llevaba algo en los brazos, pero no vi qué era», dijo.
El remisero remarcó varias veces que fue un «viaje normal,  no vi a nadie nervioso».
Después de esa escala en el inquilinato en el que vivía, la pareja llevó a Selene al Samic, porque algo malo pasaba con ella. Y efectivamente algo terrible había sucedido: habían matado a golpes a la chiquita.
¿Por qué estaban en la arenera Simon? Porque allí trabajaba Lovera como sereno y tanto Victoria como Selene solían acompañarlo.
Después fue el turno de Hilda Isabel  Benegas, la madre de Lovera. Pese a que podía abstenerse, compareció. «El 27 de enero de 2015 fueron a casa y vi a la nena golpeada. Le pregunté a ella qué había pasado, y me dijo que se había caído del changuito. Cuando le consulté si le habían hecho una placa de la cabeza, me respondió que sí. Como era la madre, le creí», evocó.
«La nena se extendió los bracitos para que le hiciera upa. Le alcé y se prendió a mi ropa. Como tenía que seguir cocinando le pedí a la madre que la tomara, pero ella se negó», agregó.
«Ella tenía miedo de la madre. Estaba pidiendo auxilio y yo recién me di cuenta después», se reprochó.
Según Benegas, Victoria era «bruta» con su hija. Mencionó que siempre vestía «abrigada» a la nena.
«Mi hijo la acunaba, la atendía siempre», subrayó.

 

«No le tenía paciencia»
Melisa Lovera fue la siguiente testigo en ser convocada. «La vi tres veces a Victoria. La primera vez fue el 31 de diciembre de 2014. Y sin conocerme me pidió que la alzara. Eso me llamó la atención y también el hecho de que siempre la tenía
con pantalón y remera manga larga», apuntó.
Melisa, tal como lo había hecho su madre Hilda, rechazó que alguna vez Victoria haya estado secuestrada en la casa familiar.
«Ella no le tenía paciencia a la nena. Me di cuenta por cómo le hablaba», sostuvo.

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