Fuckup Nights Posadas despidió el año con su segunda edición

El evento, un suceso mundial en el que emprendedores y empresarios cuentan sus fracasos, tuvo su segundo volumen posadeño en Sherwood.

Llega fin de año, momento propicio para ponerse a hacer un balance de cómo fue el 2017 en términos de éxitos… o, por que no, fracasos. Eso último fue lo que propuso la segunda edición de Fuckup Nights, versión posadeña del movimiento mundial en el que empresarios y emprendedores cuentan sus casos a partir de los errores cometidos durante el tortuoso camino al éxito.

«Tuvimos muchísimos registrados nuevamente, estamos muy contentos porque superamos el cupo, incluso tuvimos que cerrar las inscripciones porque se llegó a la capacidad máxima», palpitó Sindy Geisert, organizadora junto a su esposo de la versión local de este suceso, minutos antes del arranque.

Para la ocasión, fueron tres los speakers elegidos para relatar sus experiencias ante un colmado Sherwood: Nicolás Trevisán, dueño de Full Motos; Juan Mc Loughlin, propietario de Amoblamientos Reno Misiones; y Marcelo Almada, director de Misiones Online.

«Tengo varios fracasos para contar que podría hacer varios Fuckup Nights», bromeó Trevisán, primer disertante de la noche. El hoy exitoso empresario, que relató una fallida experiencia intentando vender cabos de madera para herramientas en Estados Unidos, reflexionó que «la esencia de los emprendores tiene que ver con la capacidad de que no te afecten los fracasos, porque no los vivís como tal. Deben vivirse como intentos que uno va haciendo día a día».

A su turno, Mc Loughlin reflejó una experiencia similar que le sucedió con una consultora de recursos humanos que «no salió como esperaba». «Los fracasos creo que colaboran mucho más en lo que es la transición del crecimiento de una persona que los éxitos», comentó.

Finalmente, Almada valoró la oportunidad de «transferir conocimientos» que otorga este tipo de eventos, ya que muchas veces «la gente recuerda sólo lo que se ve, y son pocos los que recuerdan lo que ya no se ve». «El fracaso y el éxito son dos impostores. Lo importante es ponerse objetivos que estén alineados con la filosofía de vida y la búsqueda personal de cada uno», consideró.

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