Leandra, la alumna trans que egresó del Pellegrini y se prepara para ser cirujana plástica

Leandra Levine, de 19 años, recibió ayer su diploma de egreso de la secundaria con su nueva identidad de género. La transición, las cirugías, el mundo de las drag queens y su familia como partes de un largo proceso de autopercepción.

Leandra Atenea Levine Hidalgo tiene 19 años. Como tantos otros jóvenes, acaba de terminar el CBC para comenzar a estudiar medicina, su «carrera soñada». Pero además, Leandra es drag queen, actriz, se define como «su propia obra de arte» y acaba de sentar un precedente en el Colegio Carlos Pellegrini de Buenos Aires, donde hizo la secundaria, al convertirse en la primera alumna trans en egresar con su nueva identidad.

Ayer, en la ceremonia de entrega de diplomas -que se realiza un año después en los colegios que dependen de la UBA- ella recibió uno con su nombre de mujer. En el año que separó su egreso del diploma, ella atravesó seis operaciones acompañadas de tratamientos con hormonas para hacer efectiva la transición después de un largo proceso de descubrimiento de su propia identidad de género.

En el fragmento de su discurso en la ceremonia que se viralizó en el día de ayer, Leandra agradece en un momento por la libertad de expresar su identidad de género «que fue mutando a lo largo de los años». En una conversación telefónica con Infobae, la protagonista de esta historia explicó lo que significó para ella esa transformación. «Cuando ingresé al Pellegrini, al principio no me había planteado el tema de género porque nunca tuve la necesidad», contó con un evidente alivio de no haber pasado por el sufrimiento que a menudo caracteriza a las infancias transgénero. «A mí nunca me impusieron nada, ninguna masculinidad predominante, porque por suerte tengo padres considerados y de mente abierta. Por suerte no tuve que pasar por nada que no haya querido».

En ese momento clave que es la adolescencia para la autopercepción, el descubrimiento de la sexualidad y el propio cuerpo, el proceso se catalizó. «En esa etapa esas cosas empiezan a surgir porque te relacionás con gente y empezás a conocerte. Así fui a lo largo de los años realizando una transición que es difícil y que no pasa de un día para otro; vas experimentando».

A pesar de que Leandra cuenta que siempre tendía a la feminidad, vivía y se mostraba de una forma andrógina, con características de ambos géneros. Con el tiempo, la Leandra que es hoy se fue haciendo presente. Experimentó con maquillaje, tacos, pelucas y fue descubriendo y construyendo su identidad.

Sin embargo, a pesar de que para ella fue un proceso feliz, reconoce que es más bien una excepción. Leandra tuvo la oportunidad única de elegir sin violencia ni discriminación y de recibir el afecto de un entorno que la quiere y la respeta. Pero como, aún en esta época, para tantas otras personas trans la realidad es otra, para ella es fundamental la exposición, el debate y la reivindicación del orgullo como respuesta política al rechazo.

Una de las causas, según ella, de los problemas que tiene la transexualidad es la incapacidad de muchas personas de poder ver más allá de los términos binarios que propone la sociedad: hombre o mujer. «Hay una presión para las chicas trans de aspirar a una feminidad impoluta, de que no se les note», dijo. «Pero a muchas no les interesa. A mí no me interesa si luzco un poco hombre y un poco mujer, no me molesta. Yo sé que me siento mujer. Hay muchas chicas más masculinas en sus rostros y siguen siendo chicas. Es como te sentís».

Leandra se sentía Leandra y eso es lo que quería ser. Así fue que inició el proceso burocrático para cambiar su identidad y, en ese proceso, solicitó al colegio que la reconocieran. «Leandra nos informó que había comenzado los trámites para su cambio de identidad de género y que, si bien su trámite no estaba terminado, ella nos solicitaba poder recibir el diploma que damos en la Facultad de Derecho con su nueva identidad», explicó a Infobae Leandro Rodríguez, rector del Pellegrini. «La jefa del departamento de alumnos tomó la solicitud, nos reunimos y yo consideré que aun no habiendo terminado el cambio y, siendo la entrega de diplomas una ceremonia de festejo, Leandra tenía que recibir su título con su nuevo nombre. Fue una medida muy bien recibida por toda la comunidad de la escuela».

Fuente: Infobae

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