“Primavera sangrienta”, un libro que anticipa a la dictadura de 1976

La violencia política en la Argentina nace con el país. Así fue desde el 25 de mayo de 1810 y surcó toda la vida institucional argentina. Pese a esta realidad, hubo picos de violencia y una fecha que suele ser emblemática para marcar el auge de la violencia: el 24 de marzo de 1976, el inicio de la última dictadura cívico-militar. Claro que a la hora de mirar estos temas complejos, es imposible pensar en una fecha límite, sino en un proceso histórico que desembocó en un hecho coyuntural específico.


Marcelo Larraquy, Radio Libertad

En “Primavera sangrienta”, Marcelo Larraquy profundiza en ese proceso histórico que terminará desembocando en la barbarie represiva de la dictadura. Editado por Sudamericana, el libro recorre la “Argentina 1970-1973. Un país a punto de explotar. Guerrilla, presos políticos y represión ilegal”.

La obra tiene varias dimensiones interesantes, pero hay una que sobresale: la creciente tensión social y política en las postrimerías de la Revolución Argentina, que gobernaba en forma autoritaria desde 1966. Es que mientras las fuerzas represivas, en especial el Ejército, eran cercadas en términos políticos hasta tener que entregar el gobierno el 25 de mayo de 1973, esas mismas fuerzas se fueron preparando para una etapa posterior, cuya característica central sería el terrorismo de Estado. Derrotados en el plano político, el aparato represivo se alistó para combatir desde la ilegalidad de las torturas, los tormentos y las desapariciones.

Larraquy pone en evidencia esas tensiones en otros aspectos, como la situación de los presos políticos. En los primeros tiempos, años 1970 y 71, las cárceles no eran un centro de exterminio, sino un ámbito de reclusión en el que, incluso, podían contar con ciertas prerrogativas y comodidades llamativas. El caso de las cárceles de mujeres, por ejemplo, es contundente. Hasta dos fugas masivas que se relatan en “Primavera salvaje”, las cárceles de mujeres eran administradas por monjas, cuyo control sobre las reclusas era más laxo que el que sobrevendría con el sistema penitenciario y el control de las Fuerzas Armadas. Toda esta situación se trastocaría definitivamente luego de la masacre de Trelew, el 22 de agosto de 1972.

Es que si bien existían las torturas y se contabilizaron algunos desaparecidos, fue con la fuga de presos y los posteriores fusilamientos, que el aparato represivo mostró toda su intensidad.

Con años de experiencia y conocimiento en el tema de la violencia política en el siglo XX en la Argentina, Larraquy se planta con firmeza en una zona de arenas movedizas de nuestro pasado. Es que hablar de la violencia de los 70 no suele resultar tan sencillo como pareciera, porque implica tomar ciertas posturas. En este caso, el autor no elude el desafío. Al respecto, es interesante lo que plantea sobra la generación de jóvenes argentinos que se lanzó a la lucha armada. Allí asegura que se trata de “una generación de jóvenes que crecía sin libertades, con el oscurantismo político y cultural que irradiaban los uniformes militares” y que fue “el clima ideológico revolucionario”, el que los empujaba “a las puertas de las organizaciones armadas”.

 

Ficha técnica:

Título: Primavera sangrienta

Autor: Marcelo Larraquy

Sello: SUDAMERICANA

Fecha publicación: 11/2017

Formato, páginas: RÚSTICA, 288

Medidas: 15,5 X 23 mm

ISBN: 9789500759908

EAN: 9789500759908

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