Cambia tus palabras y darás un giro a tu vida

Nuestra capacidad humana nos permite organizar las palabras en unidades más grandes, a las que llamamos oraciones. Y al organizar oraciones construimos narrativas.

Es así que a lo largo de nuestra existencia vamos creando narrativas. Las narrativas son relatos que construimos a cerca del mundo que nos rodea, de nuestra identidad, de nuestras relaciones, de lo que nos pasa, de la vida misma y de tantas cosas más. Es como si escribiéramos nuestra autobiografía, pero además con un estilo particular que nos caracteriza: pesimista, crítico, aventurero, dramático, misterioso, melancólico, romántico, optimista, etcétera.

Lo trascendental de esto, es que la manera en que narramos es la manera en que moldeamos nuestra vida. La vida es la narrativa que hacemos de ella.

Y con ello lo que quiero decirles es que la palabra es  “poder”, es “acción”. ¿Sos consciente del gran poder de tus palabras?

Las palabras tiene el poder de crear y de destruir. Es sencillo encontrar ejemplos en nuestra vida diaria. Una palabra o un conjunto de ellas puede generar malestar en el otro, alejamiento o acercamiento, ruptura de una relación o reconstrucción de ella, puede alentarnos a desarrollar un proyecto, puede estancarnos o  levantarnos tras un fracaso, como tantas cosas más. Y su capacidad de crear y de destruir también es aplicable a nosotros mismos.

Dedicarnos afirmaciones negativas, descalificantes, alentadoras, positivas, amorosas, etcétera, afectará nuestra autoestima y nuestra actitud ante la vida.  No es lo mismo decir “no puedo” que decir “sí puedo”. Las palabras quedan enganchadas en nuestra mente y en nuestro corazón y van dirigiendo nuestra vida por el camino que nuestras narrativas van marcando.

Cuando hablamos del poder creativo o destructivo de la palabra, no me refiero solamente a la palabra que sale de mi boca, sino también a la que convive conmigo, dentro mío. Estas palabras a veces forman tremendos nudos mentales que no nos permiten avanzar, crecer o simplemente ser feliz en la vida.

Entonces te pregunto… ¿Sos consciente de lo que decís, de lo que te decís?… Cuidado con el lenguaje que empleas, porque en definitiva tú terminarás viviendo lo que digan tus palabras.

Las cosas que pensamos, las palabras que decimos y las creencias que tenemos, son muy poderosas y a partir de ellas narramos y moldeamos nuestra vida. Lo bueno es que las narrativas son “como de nuestra propia pluma”, están escritas por nosotros. Por lo tanto si nuestra vida o algo en ella no nos gusta, podemos cambiarlo. Ya que tenemos el poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras que construyen o destruyen, que determinan nuestras acciones y el camino que deseamos transitar. Una persona pesimista o negativa, debido a su sistema de creencias, tendrá un estilo narrativo caracterizado por palabras que abren escaza posibilidad al cambio y a encontrar alternativas y opciones para alcanzar sus sueños, deseos o metas. Una persona positiva, es la que tiene un sistema de creencias y un observador particular de la vida a partir de lo cual utiliza la palabra para abrir oportunidades, para construir, para crear, para generar, para amar, para servir, para ser útil en el medio en el que se desenvuelve.

Nuestras palabras activan las conexiones neuronales que necesitamos para actuar de una determinada manera y alcanzar lo que nos proponemos. De nuestras palabras depende nuestro futuro, si nosotros cambiamos nuestras palabras cambiamos nuestra vida y la dirigiremos por el camino que deseamos transitar.

Te animo a escucharte y a que si quieres cambiar algo en tu vida, intentes cambiar tu narrativa, cambiar las palabras que salen de tu boca y las que viven solo dentro de ti. Porque unas y otras te guiarán a donde decidas llegar.

 

(*) Lic. en Psicología

Claudia Ríos & Asoc. 

 

 

 

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