Conclusiones y aprendizajes del Programa Ambiental de Separación de Residuos en Escuelas de Iguazú

En los tres años que llevan adelante con el programa de educación ambiental de Iguazú Jungle, los voluntarios ambientales concluyeron en que:

  • Es fundamental que las empresas, escuelas y vecinos visiten y conozcan la planta de reciclaje para entender el trabajo de separación y destino que dan a los residuos
  • Se espera aumentar progresivamente el aprovechamiento de residuos reciclables en la planta;
  • Se espera lograr sensibilizar a todas las escuelas primarias de Iguazú abarcando toda una generación de niños.

En un futuro, adelantaron que se podrían sumar al programa de educación ambiental de separación de residuos a los municipios vecinos: “Hay interés, pero estamos estudiando en como poder hacerlo en la práctica, ya que no está permitido el traslado de una jurisdicción a otra con la basura, esta es la principal traba porque solo Iguazú tiene una cooperativa con una planta de de reciclaje”, plantearon.

 

Sonia Waidelich, propietaria del emprendimiento ecoturístico La Aripuca y voluntaria ambiental, explicó a los docentes y niños que “los residuos urbanos son contaminantes, y algunos son considerados residuos peligrosos en su proceso de descomposición, y esto tiene una legislación específica. Todos los materiales que se separan, como el cartón y plásticos, tienen hoy un destino de reutilización, hay un mercado, que si bien es muy informal aun en la zona, permite una gestión ambiental. Pero en el caso de los residuos electrónicos, todo lo que es televisores, computadoras, teléfonos celulares, etcétera, no tienen hoy una gestión especial para su disposición final, y son considerados residuos peligrosos. Por lo tanto, es necesaria una actualización de normativas en la Provincia y en el país”, dijo.

Asimismo, en su charla con los alumnos agregó las dificultades que enfrentan en Iguazú para dar destinos a los residuos para un tratamiento adecuado en las plantas de gestión ambiental al estar ubicados en una zona de frontera. “En Brasil tenemos plantas de tratamiento de todo tipo, mucho más cerca que las que hay en Buenos Aires o Córdoba, la logística es carísima para trasladar los residuos, por lo tanto, también necesitamos de normativas internacionales que nos permitan “exportar” los residuos a las plantas industriales brasileñas o que cambien en la Aduana las restricciones vigentes, porque al ser residuos peligrosos no está permitido su traslado”, explicó la empresaria.

En ese contexto, Waidelich puso en valor la 1ra Campaña Ambiental de Recolección de Residuos Electrónicos realizada en 2016, coordinada por Misiones Online y ArgentinaForestal.com, ya que consideró fue “la única acción ambiental que se realizó en Misiones para la recolección y concientización la basura electrónica , su contaminación y su necesidad de gestión ambiental. La basura electrónica está regulada bajo la ley de Residuos Peligrosos, cuando no es así si son separados y no tienen contacto con el agua, la tierra o la basura doméstica. Por un lado hay que avanzar hacia una ley nacional de residuos electrónicos, por otro, hay que guardar los equipos para ser entregados a lugares donde realicen un tratamiento de reciclaje adecuado. Pero el aprendizaje que dejó esa primera acción voluntaria fue que el mayor costo para retirar los residuos electrónicos de la ciudad está en la logística. En ese caso, las toneladas recolectadas debieron ser trasladadas a una planta de tratamiento en Córdoba (TAYM), pero son cifras altísimas a cubrir para juntar basura en gran volumen y que puedan ser gestionadas responsablemente”, concluyó.

En la oportunidad, tras cerrar las exposiciones para los alumnos del 6to grado de la Escuela Prov N°711 de Iguazú, los voluntarios ambientales cerraron la jornada entregando materiales didácticos de los residuos, relacionados al tiempo de degradación de los residuos (vidrios más de 4 mil años, latas de aluminio de 200 a 500 años, bolsas de plásticos uno 150 años, latas de conservas de 10 a 40 años, etcétera); sobre la importancia de reducir el consumo de productos descartables y realizar compras de manera responsable con el medio ambiente; de reciclar plásticos, aluminio, cartón, vidrios, papeles o latas; o pensar en reutilizar algunos materiales de manera de extender su vida útil. Todo con el fin de tomar conciencia de la basura que generamos.

 

Por Patricia Escobar 

 

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