El gobierno de Mauricio Macri quedó ayer atrapado en una negociación con tres frentes de conflicto principales: los sindicatos, el Congreso y los gobernadores. La Casa Rosada tenía hasta anoche expectativas de firmar hoy el consenso fiscal con todas las provincias y lograr una foto conjunta de celebración. Sin embargo, en caso de quedar cabos sueltos, no descartaba la posibilidad de postergar las negociaciones por una semana más.
«Tenemos grandes expectativas para la reunión de mañana [por hoy], estamos puliendo todo, pero en caso de no haber acuerdo se postergaría hasta el jueves próximo y seguiremos conversando», dijo a LA NACION una fuente muy vinculada a un ministro de Macri.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio , recibió a algunos gobernadores en la Casa Rosada, por la mañana, y por la tarde asistió de sorpresa a la reunión de todos los gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones (CFI).
«Algunas provincias mantienen todavía algunas dudas», reconoció una fuente del gabinete.
Los puntos de acuerdo incluían la rebaja de impuestos distorsivos, como ingresos brutos; el acompañamiento a la ley de responsabilidad; la inclusión de los déficits de las cajas provinciales no transferidas, y el financiamiento de la compensación del Fondo del Conurbano bonaerense por parte de la Nación.
La derrota
Por otra parte, no fue una buena noticia para la Casa Rosada el fracaso anteayer del proyecto de ley de Ministerio Público en el Senado: las discrepancias internas en el peronismo hicieron caer una iniciativa clave. La pregunta es si ese tipo de peleas podrán impedir la sanción de las leyes del «reformismo permanente» que impulsa Macri: la reforma laboral, tributaria, el consenso fiscal, la ley de responsabilidad fiscal y el presupuesto 2018, entre otras.
Por la mañana, Macri buscó dar un gesto fuerte a las provincias y viajó a Salta para mostrarse al lado del gobernador Juan Manuel Urtubey , al recorrer juntos obras de agua y saneamiento en el plan nacional Hábitat Salta. El Presidente señaló que su principal objetivo es «ayudar» a las provincias «a desarrollarse, a que tengan todas las herramientas» para «reducir la pobreza». Inauguró para ello una escuela y recorrió obras en el departamento salteño de Rivadavia.
Por la mañana, Frigerio se reunió con Omar Gutiérrez (Neuquén) y con Mariano Arcioni (Chubut). Hubo trascendidos de que se encontró fuera de la Casa Rosada con Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán), pero los voceros oficiales del ministro lo desmintieron. Luego, Frigerio ocupó toda la tarde con todos los gobernadores en el CFI, intentando acortar diferencias y apurar el camino de la solución.
Previo a la reunión con gobernadores, Uñac había planteado que no querían «que las provincias queden en una situación incómoda» y pidió «encontrar un camino de solución, porque hay muchos puntos para discutir». Por su parte, Manzur fue más optimista y señaló: «Hay buenas expectativas, no hay gobernadores molestos, todos miramos hacia adelante en un proceso que va a llevar tiempo». También señaló que «vamos cerrando las asimetrías, en pleno intercambio de documentación» y destacó que «sentarnos todos en una mesa a dialogar y a generar consensos básicos es muy sano». En cambio, el santacruceño Pablo González, enviado de Alicia Kirchner, dijo que «las provincias están teniendo muchos problemas económicos y no pueden resignar».
Toman distancia de Bielsa
La Corporación América tomó distancia del artículo publicado ayer en LA NACION por Rafael Bielsa, presidente de la empresa, sobre la detención de Julio De Vido. En un comunicado aclaró que sus dichos fueron «a mero título personal en el marco de su extensa y reconocida trayectoria política y no expresa la opinión ni de la compañía ni de sus accionistas».
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