El Presidente del Episcopado indicó que  «el trabajo no es una mercancía», al referirse a la reforma laboral

El nuevo presidente del Episcopado, Oscar Ojea,  afirmó que la Iglesia seguirá de cerca los planes del Gobierno; en su primera conferencia de prensa, además, dijo que el Papa Francisco «sabrá cuándo y en qué momento vendrá» a la Argentina.

 

En su primera aparición pública desde su elección como presidente del Episcopado, el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, afirmó hoy que el lugar de la Iglesia es estar siempre «al lado de los pobres» y anticipó que, en sintonía con el pensamiento del papa Francisco, trabajará para que «nadie quede excluido del cuidado de la vida en todas sus dimensiones».

 

Al referirse al escenario político y social planteado en el país tras las elecciones, en momentos en que el Gobierno impulsa un proyecto de reforma laboral, afirmó que «toda la sociedad es responsable de que nuestros hermanos puedan conservar las fuentes de trabajo y que no se vulneren los derechos de los trabajadores». Dijo que la Iglesia confía en la capacidad creativa de los argentinos para salir adelante y superar las situaciones de falta de empleo.

 

«Nosotros somos muy sensibles a esto, vamos a estar al lado de estas situaciones y, al mismo tiempo, sabemos que necesitamos crear fuentes trabajo», dijo Ojea, acompañado por parte de la «mesa chica» de la Conferencia Episcopal: el arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero del organismo, cardenal Mario Poli, y el obispo de Chascomús y secretario general del organismo, Carlos Malfa.

 

 

Ojea sostuvo que «para la doctrina social de la Iglesia el trabajo no es una mercancía, sino que hace a la dignidad de la persona, es el gran ordenador de la vida».

 

En tanto, el nuevo presidente del Episcopado anticipó que, antes de fin de año, la nueva conducción episcopal llevará su saludo al presidente Mauricio Macri y dijo que la Iglesia contribuirá al diálogo entre los argentinos. «Nos cuesta convivir, no solamente sucede en el país, sino en todo el mundo. Nos cuesta sentarnos alrededor de una misma mesa, que cada uno tenga en esa mesa su lugar, sentirse profundamente incluidos. Seguiremos dando nuestro aporte al diálogo de los argentinos desde nuestro lugar, que no es el de técnicos ni el de políticos», describió el obispo de San Isidro.

 

sabe la tierra

En ese sentido, al describir la misión de los obispos y sacerdotes, sostuvo: «Nuestro lugar como pastores es estar junto al pueblo y, de un modo particular frente a nuestros hermanos los pobres».

 

Respecto de la postergada visita del Papa a la Argentina, dijo que la agenda de Francisco es muy intensa. «Está comprometido con la Iglesia universal y está permanentemente invitado al país. Él sabrá cuándo y en qué momento vendrá», afirmó Ojea, quien entre 2006 y 2009 fue obispo auxiliar del cardenal Jorge Bergoglio en la arquidiócesis de Buenos Aires. Aseguró que el Episcopado «trabajará para crear mejores condiciones tratando de que se cumpla su magisterio. Escuchar su palabra, entenderla y llevarla adelante es más importante que la anécdota de cuándo nos puede visitar».

 

La semana pasada, Ojea fue votado por amplia mayoría por los obispos al frente del Episcopado y reemplaza en esa función al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, que impulsó una línea moderada y dialoguista con el Gobierno y los sectores políticos. En sintonía con el papa Francisco y con la conformación de la comisión ejecutiva del organismo, Ojea le imprimirá una fuerte impronta pastoral a su gestión, que se prolongará hasta fines de 2020.

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