Un nuevo hallazgo de la era de los dinosaurios probaría el remoto ancestro del hombre

Vivieron hace 145 millones de años a la sombra de los dinosaurios. Eran un poco más grandes que las que ahora se conocen, pero serían clave en la cadena evolutiva de los mamíferos, desde el hombre mismo hasta las ballenas. Ratas. Sí, animales muy similares a los que hoy habitan todas las ciudades del mundo. Pero que en el período Cretácico eran de lo menos frecuentes.

Al menos eso determinó un grupo de científicos de la Universidad de Portsmouth quienes descubrieron los fósiles de los mamíferos más antiguos relacionados con el hombre. El increíble hallazgo se produjo de manera fortuita a partir del descubrimiento de dos dientes, mientras los investigadores rastreaban rocas jurásicas en la costa de Dorset, en Inglaterra. El estudio será publicado hoy en el Acta Paleontológica Polónica, uno de los más prestigiosos de esa rama de estudio y divulgación científica.

Steve Sweetman, de esa casa de altos estudios y protagonista de la investigación, se vio sorprendido apenas observó los restos que tenía frente a sí. «Los dientes son de un tipo tan altamente evolucionado que me di cuenta enseguida de que estaba mirando restos de mamíferos del Cretácico Inferior, que se parecían más a los que vivieron durante el Cretácico más reciente, unos 60 millones de años después en la historia geológica», señaló.

«Nuestros dientes de 145 millones de años son, sin duda, los más antiguos que se conocen de la línea de los mamíferos que conducen a nuestra propia especie», añadió el académico de la Universidad de Portsmouth. La nueva especie del roedor fue bautizada por los científicos como Durlstotherium newmani, en honor a Charlie Newman, el dueño de un pub ubicado muy cerca de donde se realizó el descubrimiento.

Pero más allá de las anécdotas, lo que además llamó la atención de Sweetman y su equipo de paleontólogos fue el estado en que se hallaban los dientes y su morfología. Al parecer, con ellos podían alimentarse tanto de insectos como de plantas, pero además podían cortar, perforar y moler la comida. Según las proyecciones que hicieron a partir del descubrimiento y otras variables que aún no fueron explicitadas, estas ratas gigantes se movían mayormente por la noche, alejándose así del peligro de los dinosaurios depredadores.

«Los dientes son de un tipo muy avanzado, pueden perforar, cortar y aplastar la comida. También están muy desgastados, lo que sugiere que los animales a los que pertenecían habían alcanzado una buena edad para su especie. ¡Toda una hazaña cuando compartes tu hábitat con dinosaurios depredadores!», afirmó Sweetman.

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