Le redujeron la pena tras matar a su ex pareja por estar “muy enamorado”

Se conocieron los fundamentos del polémico fallo que condenó a 22 años de prisión a Brian Montenegro por asesinar de seis puñaladas a su expareja, quien estaba embarazada y tenía además otros dos hijos, después de desobedecer una restricción perimetral. Los jueces no lo consideraron un femicidio porque el asesino estaba «profundamente enamorado» y actuó «bajo emoción violenta» cuando ella le dijo que había estado con otro hombre.

El tribunal valoró un testimonio que describía a Montenegro como «un nene de mamá» y a la víctima como «madre de tres hijos», que le llevaba ocho años de diferencia.

La noche del 22 de febrero, cuando el condenado entró por la fuerza a la casa donde vivía Débora Díaz en Villa Astolfi, partido de Pilar, discutieron porque ella estaba embarazada de otro hombre. “Mientras vos estabas llorando como un boludo en la casa de tu mamá, a mí me cogía el policía en tu propia cama”, declaró Montenegro que le dijo la mujer durante la pelea.

Ese habría sido el detonante para que la apuñalara seis veces, en el tórax y en la espalda, sin ser consciente de sus actos. La resolución tuvo en cuenta también el informe psicológico de Montenegro, según el cual determinaron que si bien no es inimputable, su capacidad de culpabilidad era reducida.

“Estaba profundamente enamorado de la víctima, a pesar de sus escasos veinte años recientemente le había propuesto unirse en matrimonio. Estaba angustiado por la actitud expulsiva de su amada», concluyeron.

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