Javier Acuña: “Nos duele que no se premie al que se animó a crecer y cumple con todas las normas”

Buenos Aires. El directivo de California Supermercados, Javier Acuña, analizó con optimismo las perspectivas que se abren al sector en medidas referidas al costo fiscal, aunque consideró más complicadas las posibilidades de terminar a corto plazo con las asimetrías y el comercio ilegal que perjudica a las empresas que trabajan dentro de la legalidad. Consideró complicada la reducción de ingresos brutos en provincias que lo necesitan para sobrevivir e insistió en señalar que “los supermercados no son formadores de precios”.

“California es una empresa que se animó a crecer, pero no está en la categoría de pymes, porque tiene más de 200 empleados y vende más de 900 millones por año. Nos preocupa y duele muchísimo, porque no se premia al que se animó a crecer. Nuestra empresa es una empresa argentina que tiene 65 años de lucha, de pagar todo lo que tiene que pagar y de cumplir con los empleados y todas las normas”, afirmó. Entre las medidas que consideró que sería útil crear una categoría intermedia para el tipo de empresas como California, dentro de las pymes y por debajo de las cadenas nacionales más poderosas.

Mencionó entre las posibilidades, la oportunidad de beneficiar a “un segundo tramo de pymes, de entre $ 900 millones hasta $ 5.000 millones de ventas anuales”. “No pretendemos el 100 % pero por lo menos un 50 %. Si a las pymes acreditan el cien por ciento del impuesto al cheque a cuenta de ganancias, que a nosotros nos den el 50 %”, ejemplificó.

Acuña, representante de una empresa que es considerada un ejemplo dentro del supermercadismo nacional, ocupa un lugar relevante dentro de las organizaciones que lo nuclean. Es secretario de la Federación Argentina de Supermercados (FAS) y prosecretario de la Cámara Argentina de Supermercados. Para él fue muy importante que los funcionarios de la Secretaría de Comercio de la Nación reconocieran la pesada y superpuesta carga fiscal[PD1]  que afecta al comercio y a la producción.

“Se nota la preocupación que tienen porque con esto así, como va, no habrá crecimiento, tampoco toma de personal, ni ánimo de seguir adelante. Los supermercadistas argentinos sentimos que cada vez somos menos los que pagamos los impuestos y eso nos preocupa muchísimo porque hay mucha venta informal; hay 4,5 millones de personas que trabajan en negro y el gobierno lo reconoce y está intentando blanquearlos”, señaló.

Acuña consideró importante que los gobernadores traten este tema con el Presidente y apuntó a la necesidad de modernizar el negocio, de “aggiornarlo”. “En general estamos muy optimistas: siempre digo que el supermercadista que no es optimista no puede ser supermercadista, porque no tenemos tiempos para ser negativos, no podemos ni debemos serlo, Y ese mismo ánimo trasladarlo a nuestros empleados, a nuestro público, a nuestros clientes, en la zona donde estemos”.

Consideró luego que “el comercio ilegal y las asimetrías son algo gravísimo porque no se vislumbra una solución. Es muy complejo y no se puede solucionar noche a la mañana porque estamos ante la presencia de un país con mucha informalidad, sin impuestos que nosotros sí tenemos. Es un país aparte, un país que hay que respetar”. Agregó que en la Argentina el sistema incluye educación, salud, leyes laborales y paritarias que no existen para los vecinos. Dijo que el problema del comercio en negro es “el de la gente que no solo vende en Paraguay de manera informal, sino en Posadas, en lugares como la Placita o la Feria Franca. Nosotros no podemos hacer nada porque es el Estado el que tiene que ver el camino. No es fácil pero tiene que buscar el camino para buscar soluciones”.

Para el dirigente nacional supermercadista, ese comercio en negro podría ir del 45 al 50% por ciento, “cuando a nivel nacional es un 40 % como lo admiten los gobiernos, los políticos y los medios”, recordando que oficialmente se reconocen 4,5 millones de personas que hoy están en negro.

Acuña mencionó la posibilidad de conseguir otros beneficios, como tasas favorables, para “un grupo de nuestros asociados que no supera los 3.000 millones pesos de ventas anuales”. California, enumeró, acaba de inaugurar su séptima sucursal en Posadas, con 1040 empleados, un centro de distribución de 15.0000 metros cuadrados, una industria propia para vender exclusivamente sus locales. Este sector, de unos 2.500 metros cuadrados ocupa a más de 200 personas “elaborando, panadería, pastas, ensalada, comida, facturas, tortas, alfajores, todo ese tipo de cosas. Lo hacemos todo nosotros”.

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