Pasión y Ubicación: ¿Estás en el lugar que elegiste?

¿Estás en el lugar que elegiste?, ¿haciendo lo que te gusta?. Muchos, en algún momento de nuestras vidas, nos preguntamos si estamos en el lugar que queremos estar, haciendo lo que queremos hacer y muchas veces no sabemos que responder. Hoy haremos una breve reflexión sobre este tema con el propósito de aportar una nueva mirada al respecto.

Antes de comenzar hablemos de los que significan estos términos.

  • Pasión: Es una emoción que genera acción intensa hacia una determinada tarea.
  • Ubicación: Estar en determinado espacio o lugar.

Vivir apasionado en la vida es darle sentido a nuestra existencia, es poder reconocer nuestros recursos y ponerlos al servicio de las personas, es elevar el sentido del ser humano. La pasión alimenta las ganas de vivir mirando con grandes expectativas hacia adelante. Cada individuo busca cumplir su expectativa de futuro para completarse.

La pasión se alimenta de ese futuro expectante y a su vez el futuro expectante se alimenta de la pasión. El futuro, es una imagen de cómo queremos ser, estar o tener en un cierto tiempo hacia adelante. Esa imagen se llama visión, y para alcanzar es necesario “hacer”, accionar, ponerse en marcha en esa dirección. Un proverbio japonés declara: Visión sin acción, es solo un sueño. Acción sin visión… es una pesadilla.

Los recursos no son otra cosa que nuestros talentos, nuestros dones, nuestras habilidades, nuestras capacidades, nuestros saberes, nuestras experiencias, nuestras relaciones, y también nuestras creencias. Nos damos cuenta de nuestros recursos cuando elevamos nuestros niveles de conciencia, observando nuestras conductas y comportamiento, pudiéndonos observar, y como fruto de esa observación y de ese mayor nivel de conciencia, darnos cuenta, que podemos realizar una tarea durante muchas horas, y que al realizarla sentimos que fluimos, que nos alegra realizarla, que nos inspira, que saca lo mejor de nuestro interior, que nos hace felices, que nos completa, que le da un sentido increíble a nuestras vidas. Esa tarea está ligada directamente a nuestros recursos por lo tanto, ambas combinadas, acciones y recursos, son las que nosotros llamamos “pasión”.

Una vez que nos damos cuenta de lo que nos apasiona, de manera natural, queremos ofrecerlo al mundo que nos rodea y es entonces cuando nos preguntamos si estamos en el “lugar correcto” para hacerlo. Cuestionamos nuestra presencia en determinados lugares de trabajo, en ciertos círculos sociales, en determinadas geografías y cuando detectamos que hay algo que no encaja, cual pieza de rompecabezas, comenzamos a movernos, a desplazarnos, para hacer que esas piezas encajen. Que la pasión se encuentre con la ubicación.

Es entonces donde algo maravilloso ocurre, estoy hablando de darle un sentido más trascendente a nuestra existencia, es el momento en que todo lo que estamos siendo en el mundo da frutos al servicio de otros en el lugar adecuado para que ambos, pasión y lugar, fluyan de una manera combinada y armoniosa donde ambos se ven beneficiados.

Lo contrario a la pasión, es la apatía, que quiere decir: sin-pasión. Es la experiencia vivida en contraste con pensamiento pasivo, es no ver nada en el futuro (sin visión) o ver solo grises y negros allí (visión negativa). Apatía también significa: sombrío, triste, y es típico de aquellas personas que miran el futuro y solo ven tristeza, desolación.

Lo contrario a la apatía es la pasión y un ingrediente que alimenta a esta pasión son las creencias. Creencia es todo aquello que consideramos cierto. La creencia es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Como fenómeno es “ver las cosas que nos son, como si fueran”. La creencia te permite sostener el proceso que la pasión te señala. La pasión es el cartel indicador, la creencia el camino. Un camino sin señales es extravío seguro. Señales sin camino es sólo una cartelería barata. La pasión está en la sangre, la creencia en el corazón. Donde la sangre no llega no hay vida. La ley de la creencia es la ley preponderante en el destino de los hombres, estamos donde estamos porque creemos lo que creemos, estaremos mañana donde nuestra creencia nos lleve.

Es aquí donde podemos hacer, mediante una toma de conciencia, una gran diferencia a favor de nuestra vida, dándonos cuenta en que creemos, dado que estas creencias alimentan a nuestra pasión, y esta pasión le da sentido al lugar que ocupamos en el mundo.

Dime en que crees y te diré que te apasiona. Dime que te apasiona y te diré que lugar ocupar en el mundo. Dime donde estas y te diré cuál es el propósito en tu vida. Dime cual es el sentido de tu vida y te diré que recursos tienes.

Los animo a mirarse conscientemente, a entender su estar siendo en el mundo dado que sabemos que somos seres en constante transformación, a entender para que están en este mundo y si están en el lugar correcto, solo así, desde mi mirada, se darán cuenta de lo apasionante que es vivir dando lo mejor de uno mismo cada día, solo así dimensionarán lo que significa “pasión y ubicación”.

 

(*) Coach Ontológico Profesional

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