Día Mundial de la Alimentación: ¿Por qué necesitamos un cambio de hábitos urgente?

El 16 de octubre de cada año celebramos el Día Mundial de la Alimentación para recordar el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 1945. Más de 150 países de todo el mundo organizan eventos en el Día Mundial de la Alimentación para correr la voz de lo importante que es que todos se unan a la lucha contra el hambre y que nos aseguremos de que todo el mundo tenga suficientes alimentos para llevar una vida activa y saludable.

El lema del Día Mundial de la Alimentación 2017 es “Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural”. En esta fecha, en nuestra provincia, se unen trabajadores de distintos ámbitos de la salud, educación, agro y producción y realizan campañas y actividades a fin de concientizar a la población sobre hábitos saludables y de seguridad alimentaria para mejorar la calidad de vida de los misioneros.

Debemos reflexionar sobre la alimentación y nuestro estilo de vida en general porque las cifras, de nuestro país y el mundo, sobre las enfermedades crónicas no transmisibles, como lo son la obesidad, la diabetes, hipertensión, problemas y accidentes cardiovasculares, entre otras, tienen entre sus principales causas, la mala alimentación y el sedentarismo.

Si bien, en los últimos años, se ha incrementado la tendencia hacia lo “saludable” en la nuestra población, todavía nos queda mucho por hacer y mejorar para que reducir las estadísticas y mejorar nuestra calidad de vida. Pensemos, además, en los hábitos que estamos inculcando a nuestros hijos, quienes aprenden constantemente de nuestros actos.

En relación al lema de este año, la migración es hoy un desafío, porque las personas están llegando a países o ciudades en grandes grupos, buscando a menudo protección. Muchos migrantes internacionales llegan a países en desarrollo que tienen menos dinero, comida, oportunidades de empleo y recursos naturales para compartir con los recién llegados. Tener que compartir estos recursos entre más personas a veces puede crear problemas o tensiones. Las comunidades rurales también pueden sufrir la pérdida de trabajadores jóvenes que emigran, lo que significa que a menudo se producen menos alimentos o que hay menos disponibles. Nos enfrentamos a desafíos parecidos con la migración interna.

En Misiones, vivimos constantemente procesos de migración, dentro de la provincia, donde, principalmente los jóvenes, se van a estudiar y vivir en otras ciudades, como también, habitantes de otras provincias y países vecinos, vienen a radicarse en nuestra provincia. Estos procesos migratorios influyen en la alimentación y la seguridad alimentaria desde varios aspectos, uno de ellos, el cambio de hábitos y horarios, el encuentro de culturas alimentarias, muchas veces la falta de acceso a alimentos saludables por desempleo o cambio de trabajo y reacomodación económica, entre tantos otros factores.

La invitación es de empezar a implementar pequeños cambios, día a día, según nuestras posibilidades y necesidades para prevenir enfermedades crónicas, que a la larga resultan más costosas que llevar, hoy, una alimentación más equilibrada y saludable. Aprovechemos los alimentos regionales, quienes puedan implementar huertas para consumo propio, para quienes residen en las ciudades, buscar precios en ferias y mercados de alimentos naturales, y organizar semanalmente nuestra dieta, para lo cual, podemos pedir ayuda a profesionales quienes nos van a facilitar esta tarea.

Lic. Romina Krauss

M.P. n° 147

 

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