Reflexión del Pastor Guillermo Decena: Por nada estés preocupado

La raíz del dolor humano y la raíz de la preocupación es el aferrarse a las cosas. La solución es despegarse, el despegarse y adquirir una especie de completa indiferencia a las cosas de la vida. Cualquier cosa en la vida a la cual te apegues demasiado y que te aferres demasiado, te afligió y eso no es la voluntad de Dios.

 

 

Filipenses  4:6  Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Hay que renunciar en el corazón a las cosas del mundo.

1ª Juan 2:16  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

1° Juan 2:17  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Nosotros no debemos perseguir las cosas de este mundo y pegarnos a ello como si las cosas del mundo fueran eternas. La palabra “agarrar” viene de una buena palabra que es garra, como si metiéramos las garras en algo y no nos queremos soltar. El ser humano puede sufrir mucho cuando hace eso. A veces nos aferramos a un dolor, por ejemplo. Cuantas personas hemos visto por ahí que se aferran a la memoria de un ser querido y no lo quieren dejar ir. Se murió hace años y todavía están sangrando y visitando esa tumba en su mente y aferrándose a ese cuerpo muerto, porque no quieren dejarlo ir. No lo quieren soltar.

Cuantos dicen: “Hoy es el día del aniversario de la muerte de mi mamá y todos los años cuando llega ese día yo me pongo mal”.  Mi consejo es que despidas a tu madre, suéltala, déjala ir y tener un recuerdo sano del ser querido.

O puede ser que el apegarnos a un amor que no se dio y que simplemente no resultó nos deja vivir apegados a ese recuerdo. Puede que también querramos aferrarnos a una posición que queremos lograr en el mundo secular. Por ejemplo “Yo quiero llegar a ser el jefe de mi oficina”, y hay gente que está dispuesta a venderle su alma al diablo para llegar a una posición de autoridad. Algunos se ponen neuróticos, se divorcian, sus hijos los odian. Y llegan a la posición, quemados y secos espiritualmente, llegaron a lo que querían, pero a un precio muy alto a nivel personal y espiritual.

Tenemos que pedirle al Señor que nos dé sabiduría para no apegarnos a nada. Si Dios permitió que algo nos sea arrebatado, después de llorar un poco, despidámoslo, digámosle adiós. Seamos así con todas las cosas en la vida, porque nada de este mundo demanda que nosotros nos amarguemos o vivamos llorando por dentro, por algo que no podemos resolver.

Un dicho dice: “Si tu mal  tiene cura, por qué te apuras, y si no tiene cura por qué te apuras”. Y yo creo que hay algo ahí de verdad, en como nosotros debemos comportarnos en la vida. Es decir, tenemos que pedirle al Señor una posición intermedia, entre ser sanamente activos y dinámicos, agresivos en una forma sana, sabiendo que las cosas de este mundo son pasajeras, aun nosotros! Y también a la vez saber cuándo decir: suficiente, voy a descansar y voy a dejar ahora que las cosas tomen su curso, y voy a guardarle luto a lo que he perdido y entonces dejar que Dios me lo dé si Él lo quiere más adelante.

Pidámosle al Señor esa capacidad para no aferrarnos a nada. Por eso yo creo que el apóstol Juan dice: “… no améis este mundo ni las cosas que están en el mundo…” porque todo lo que hay en el mundo, la vanidad de los ojos, el deseo de las cosas no son de Dios, todo eso va a terminar un día. Y como cristianos tenemos que caminar esta vida con tranquilidad, dejando que el Señor nos de lo que él quiera y que nos quite lo que Él quiera.

Ahora no quiere decir que no lloremos por un tiempo las cosas. Pero no hay que  permitir que ninguna cosa de este mundo nos consuma internamente. Lo que produzca afán, preocupación, agonía, compulsión o aferrarse a las cosas temporales, no son de Dios. Cristo nos ha llamado a la paz, nos ha llamado a la libertad de las cosas que perecen. Seamos más espirituales!

2ª Corintios 4:18  no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Que Dios te bendiga y tengas una semana de victoria!

 

Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de www.centrofamiliarcristanoweb.org

 

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