Números que preocupan

Los datos referidos al índice de precios al consumidor a nivel nacional, que registraron en septiembre un incremento del 1,9 por ciento, contrastando con los cálculos oficiales que se referían a una desaceleración de los aumentos, y que implica un acumulado del 17,6 por ciento en los primeros nueve meses del año, no sólo supera las metas de inflación previstas para este año por el Banco Central de la República Argentina (BCRA),  del 17 por ciento, sino que se constituye en una más de las promesas incumplidas por el gobierno.

Eliminación del impuesto a las ganancias, brotes verdes, lluvias de inversiones, pobreza cero, son algunos de los ítems que parecen haberse olvidado en el arcón de los recuerdos, o en el libro de las promesas electorales.

Más aún si a estas perspectiva inflacionaria, se les agrega la confirmación de incrementos en agua, luz, gas y combustibles, que influyen en la formación de precios en todos los rubros,  que habían sido negados en principio, pero a la luz de la filtración informativa, debió ser reconocida por los principales funcionarios nacionales.

Y estos números preocupan a los asalariados y a los que buscan trabajo, y a las Pymes, principales generadoras de empleo en nuestro país, porque no solo se achican sus economías personales, sino también sus esperanzas y expectativas en un futuro con más inversiones y desarrollo, mientras se agranda la brecha con los sectores más altos de la pirámide social, que si han recibido rápidamente los beneficios que todavía no se derraman hacia abajo.

Una pauta clara de lo apuntado precedentemente, fue el “marcado” optimismo de los participantes en el coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) acerca de la marcha de la economía, con aumentos de la inversión y el empleo –comparándolo con el 2015 el 2016?-,  pero advirtiendo que la reforma impositiva es el tema central a resolver para consolidar el actual proceso de “recuperación” de la actividad aunque manifestaron su preocupación por el sector exportador.

Indudablemente no todos los empresarios deben tener un optimismo parecido, como ser los textiles, de la industria del cuero, de la construcción, o los que quedaron en la industria maderera.

La reforma impositiva según los empresarios, debería venir acompañada por una reforma laboral, que a vuelo de cóndor,  implica reducir costos laborales. En criollo significa lisa y llanamente conculcar derechos y conquistas laborales. Ergo, menos dinero al bolsillo del trabajador y más para el sector empresarial. Por eso, para unos, marcado optimismo y para otros, números y datos que preocupan.

 

 

(*) Licenciado en Comunicación

 

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