Jennifer Lee, la inventora de emojis que pelea para que exista uno del mate

Jennifer Lee ayuda a quienes quieran proponer un nuevo emoticón al organismo que lo regula.

En la era de la digitalización, las imágenes resultan ser elementos de comunicación cada vez más utilizadas por la sociedad. Los emojis son muy representativos y millones de personas los usan para expresar sentimientos, acciones o ilustrar distintas historias.

En el marco del Media Party que se realizó este año en el Centro Cultural Konex, la estadounidense Jennifer Lee, una de las referentes del mundo de los emoticones, habló con LA NACION sobre cómo comenzó su historia con el mundo de las ‘caritas’.

«En agosto de 2015 estaba chateando con una amiga diseñadora. Le mandé una foto del dumpling y me dijo: ‘Apple no tiene este emoji. Tiene tantos de comida japonesa… ¿Por qué no está el dumpling?’. Ahí me di cuenta de que es una comida internacional, como la empanada argentina o el ravioli italiano, y me dio intriga».

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La curiosidad la llevó a investigar el origen de los emoticones que son utilizados en múltiples plataformas, como WhatsApp,Twitter,Facebook o Google. «Usaba mucho los emoji y me dio interés saber de dónde vienen. Lo googlé y me sorprendió que había un grupo que los regula, Unicode», contó.

Un grupo pequeño y selecto

«Unicode está controlado por un pequeño grupo, pero podés inscribirte como non member, que sale 75 dólares por año. Cuando me anoté, me mandaron un mail y me invitaron a una reunión. Se juntan cada tres meses en California para ver y analizar las nuevas propuestas. Fue muy extraño cuando fui, porque era la primera vez que había una no socia. Son personas que están hace 20 años juntos y no podían creer que haya un nuevo miembro», explicó.

La joven, que estudió matemática aplicada en Harvard y actualmente es vicepresidenta de la Subcomisión de Unicode a pesar de no ser miembro del organismo, presentó su primera propuesta en agosto de 2015 y en enero de 2016 se la aprobaron.

«Solicitamos que agreguen un emoji para «la masa de piel envuelta con un relleno». El nombre formal fue el dumpling, pero es lo mismo que potsticker (asiático), pierogi (polaco), ravioli (italiano) o la empanada que comen acá», explicó.

El paso a paso para llegar a ser un emoji

Para ser aprobado, tenía que cumplir con las principales normas que requiere el organismo: que sea muy popular, que pueda usarse en todo el mundo, que sea visualmente distinguible y que no sea parecido a otro emoji, sino que sume algo diferente. Además, quien lo propone tiene que hacer su propio diseño y después cada compañía diseña su propia versión. «Es como la letra A, hay un diseño universal y cada empresa hace el suyo», agregó.

Tras su éxito, Jennifer creó Emojination.org, una organización sin fines de lucro que se dedica a ayudar a todos aquellos que quieren proponer un nuevo emoticón. Tras la aprobación del dumpling, empezaron a recibir propuestas de todas partes del mundo.

«Creamos Emojination, que es ‘Emoji por la gente para la gente’. Uno de los proyectos fue el de jihab. En septiembre de 2016, Rayouf Alhumedi lo propuso por la cantidad de musulmanes que usan el jihab en el mundo y fue aprobado a principios de 2017», contó Jennifer, orgullosa de su logro, y remarcó que también le aceptaron un pedido del gobierno de Finlandia, que pidió que haya un sauna en las imágenes disponibles, tanto como para hombre como para mujer.

Un emoji para el mate

Durante el Media Party, Jennifer se juntó con otros referentes argentinos para proponer ante Unicode que el mate forme parte del abanico de opciones que ofrece WhatsApp, Facebook y Twitter, entre otros.

«El mate es muy importante y una buena propuesta». Los argentinos vamos a tener que esperar para poder invitar a alguien a tomar unos «verdes», porque lleva mucho tiempo ser aceptado. Si aplicamos ahora para el mate, se podría usar recién en 2019, es un tiempo largo», explicó Jennifer en un español salpicado por el inglés.

La longevidad, el múltiple uso y el sentido común son cuestiones básicas a la hora de presentar una propuesta. Jennifer remarcó que en algunas ocasiones, hay empresas que le piden ayuda con imágenes que desde Unicode ya rechazaron. «Hay una empresa sueca y otra británica que hacen tampones. Siguen proponiendo que se haga ese emoji, pero no va a pasar», aclaró.

Qué es Unicode

Se trata de un organismo sin fines de lucro nacido a fines de los ochenta que regula los emoticones en todo el mundo. Su consejo directivo está compuesto por gente de Facebook, Apple, Google, Oracle, IBM, Microsoft, Adobe y Yahoo, entre otras, y las compañías extranjeras SAP y Huawei. Todos estas empresas pagan 18 mil dólares por año para tener el derecho de los emojis, es decir, recibir las propuestas, analizarlas y decidir si se incorporan o no. Sin embargo, cualquier persona puede sumarse a Unicode, pagando 75 dólares por año, aunque no tenien derecho a votar.

Una vez por año, este comité revisa los emoticones que postulan. No solo el diseño, sino también la compatibilidad con el resto del lenguaje. Si es o no necesario o si ya existe otro emoji con el mismo significado. También tienen en cuenta su relevancia y qué tan globales son, además de si su significado varía en diferentes culturas o tiene varias interpretaciones.

Cómo se aplica para un emoji

Cualquier persona puede proponer su idea para transformarlo en un emoji. Hay que tener en cuenta que si se aplica ahora, recién podrá ser utilizado por la sociedad en 2019.

Hay dos opciones para ser parte del mundo de los emoticones. La oficial es ingresar a la página de Unicode, que tiene presentaciones de ejemplos en su sitio web y si no recurrir a la ayuda de Jennifer. En la página web de Emojination.org hay una plantilla para completar y también se puede enviar un mail con la idea a presentar.

Fuente: La Nación

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