Marcas, modelos o proyectos

En los últimos años, con la evolución de las redes digitales y por ende, los cambios de paradigmas en la comunicación masiva, los analistas, comunicadores y hasta la nueva raza de opinólogos han mudado sus definiciones acerca de los fenómenos que se suceden en tiempos políticos, pasando de líderes y referentes o jefes, hacia marcas o modelos –pareciera que hablasen de autos, motos u otros productos de consumo- tratando de explicar la conducta de los electores, en una instancia comicial.

 

Pero esas nuevas definiciones, se desdibujan apenas son pronunciadas o volcadas en un escrito para la mayoría de la gente, porque antes o después, los ejecutantes siguen siendo hombres y mujeres, con sus propias historias y sus propios proyectos personales

 

Ahora se habla de un equipo y no de un líder que conduce y decide. Pero, en este caso el cuerpo técnico, y no el entrenador, elige los mejores jugadores o, los ubica donde mejor se desempeñan. De acuerdo al rendimiento que han demostrado, muchos ya perdieron la titularidad y en otros casos no se entiende como siguen jugando entre los titulares.

 

Ahora estamos cerca de elecciones legislativas, que no significan sacar o cambiar los ejecutivos, sino mejorar y revitalizar los cuerpos legislativos y deliberativos, para que controlen y corrijan situaciones que pueden no ser positivas para la mayoría de la gente,  más allá de situaciones circunstanciales o sectoriales,  través de leyes u ordenanzas.

 

Y he aquí el dilema, votar marcas, modelos o proyectos, o elegir los hombres o mujeres que llevarán adelante esas políticas. Porque hoy la mayoría de quienes sufragarán tienen la posibilidad de conocer la historia de los candidatos, su pasado y presente, a través de las distintas opciones que ofrecen las redes sociales y obrar –o votar- en consecuencia.  Porque en definitiva, y es la única verdad, los que definen el rumbo siguen siendo seres humanos, con sus virtudes y defectos.

 

Por eso, sería aconsejable realizar un ejercicio de conciencia, un análisis exhaustivo de las personas a las que le voy a conceder la potestad de representarme. Saber cómo es,  como se ha desempeñado en las tareas que le han sido asignadas con anterioridad y que piensa acerca de los temas que se constituyen en la columna vertebral del desarrollo de un pueblo y sí sus propuestas y las de su partido son viables, porque de promesas no se vive y la realidad nos lo ha demostrado permanentemente.

 

Debemos prepararnos adecuada y responsablemente para saber a quién votar el 22 de octubre: es como ir a un examen, con la materia estudiada y aprendida o a cumplir y zafar. Acuérdense, serán sus representantes los próximos cuatro años, para bien o para mal. El país y vuestros hermanos se lo agradecerán. Además para remediarlo tendrán que esperar un nuevo llamado a las urnas.

 

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