Desazón por las calles de Barcelona: «Esto no es lo que esperábamos»

“Estoy muy disgustada. Esto no es lo que esperábamos”, dice Victoria Soler Raventos, una señora catalana que ayer estaba inquieta y ansiosa por la declaración de independencia que esperaba escuchar de boca del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont: “He cocinado la última cena dentro de España”, le había dicho por teléfono a su hijo Andreu el lunes por la noche.

El día después de que Puigdemont compareciera en el Parlamento catalán por propio pedido y luego de que declarara unilateralmente la independencia y luego la dejara en suspenso para abrir un canal de diálogo con el gobierno de Rajoy, en las calles de Barcelona no se habla de otra cosa. Hay decepción entre los más moderados y rabia entre los más radicales independentistas.

La ciudad, sede del Parlamento donde el presidente declaró y suspendió la independencia, volvió hoy a la vida cotidiana sin sobresaltos ni movilizaciones aunque la conversación en los bancos amurados al piso al inicio de las Ramblas giraba en torno a lo que Puigdemont hizo y dijo ayer.

Para toda esta gente, el presidente español, Mariano Rajoy, le pidió esta mañana a Puigdemont que dé “certezas a los españoles y a los catalanes” después de la “confusión generada por la Generalitat”. Rajoy leyó un comunicado en el que le dio al presidente catalán un plazo para que “confirme si declaró o no la independencia” en función de lo cual, el Ejecutivo aplicará o no el artículo 155 de la Constitución nacional, que permite la suspensión de las autonomías que no cumplieran con sus deberes y obligaciones.

Los catalanes independentistas están hoy “espesos”, como se definió uno de ellos para describir el humor con el que transitan estas horas aún inciertas. Mientras tanto, el Tribunal Superior de la Justicia de Cataluña señaló hoy que lo de Puigdemont de ayer fue una puesta en escena que no tiene efectos jurídicos. “Ninguna declaración formal o informal, implícita o explícita de independencia despliegan efecto jurídico alguno», señaló en un comunicado.

El “proces catala” (proceso catalán) inspiró hasta a Charlie Hebdo. En su tapa de hoy, la revista satírica francesa compara a los dirigentes catalanes con los independentistas corsos armados exigiendo un debate político: ”Los catalanes, más tontos que los corsos», titula la revista sobre una ilustración de tres encapuchados con armas diciendo: «Exigimos un debate». La alusión es al Frente de Liberación Nacional de Córcega, una organización terrorista que cometió atentados reivindicando la independencia de la isla.

Muchos catalanes, como Victoria Soler Raventos, buscan sin embargo consuelo y no pierden las esperanzas: “Hemos esperado 300 años para esto, podremos esperar ‘unas semanas más’, como pidió el presidente”, dice Victoria.

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