Cataluña declaró su independencia, pero la deja en suspenso para llamar al diálogo

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, declaró la independencia de esta región española tras el referendo del 1 de octubre, aunque suspendió sus efectos para abrir un proceso de diálogo.

Puigdemont dijo que defiende «el mandato del pueblo de Cataluña de ser independiente», pero le pidió al Parlamento que «suspenda la declaración de independencia, para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada».

Desde Madrid, el gobierno español de Mariano Rajoy había prometido actuar con firmeza, inclusive si se trata de una declaración retórica o sin efecto inmediato, y sobre la mesa está la suspensión de la autonomía regional o incluso decretar un estado de emergencia.

Rajoy comparecerá el miércoles en el Congreso de los Diputados.

En juego está el futuro de un territorio estratégico para España, con una superficie similar a la de Bélgica, con un 16% de su población y un 19% de su Producto Interior Bruto. Y desde Madrid, no piensan quedarse de brazos cruzados.

Sobre la mesa está la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión del autogobierno de Cataluña, restaurado tras la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), o incluso decretar un estado de emergencia en la región.

En los últimos 100 años, el gobierno catalán ha proclamado en dos ocasiones la independencia, sin que llegara a materializarse. El primero en hacerlo fue Francesc Macià en 1931, y el segundo Lluís Companys, en 1934, lo que le costó ir a la cárcel.

Ante este horizonte, las empresas optaron por resguardarse: de las siete compañías catalanas en el selectivo bursátil español, seis trasladaron su sede a otras regiones españolas como los bancos CaixaBank y Banco Sabadell, o la energética Gas Natural.

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