México: murió una acróbata argentina al caer de 10 metros antes de un show

También era periodista, tenía 35 años y era oriunda de Neuquén. Monterrey suspendió el festival Supernova en señal de duelo.

María de los Ángeles Nieto tenía 35 años y era oriunda de Neuquén. Periodista y acróbata, era una de las protagonistas del grupo de danzas aéreas Elevé, formado en Cipolletti, Río Negro.

La joven murió el sábado en México al caer de 10 metros de altura durante un ensayo para el Festival Santa Lucía de Monterrey.

Según informó Protección Civil de Nuevo León, la caída mortal fue el sábado a las 19 (hora local) cuando la artista practicaba su rutina para el espectáculo «Supernova», en la Explanada de los Héroes, frente al Palacio de Gobierno.

El arnés que la sostenía se rompió y María de los Ángeles murió en el acto. De todos modos, la ambulancia tardó media hora en llegar.

El espectáculo debía arrancar a las 21, pero los organizadores suspendieron todo el programa cultural en señal de luto. El grupo Elevé publicó en su página de Facebook que «lunes y martes la escuela permanecerá cerrada en honor a la sonrisa de la China».

Horacio Olano, dueño de la productora de «voladores», también la recordó: «Chinita de mi alma! Tantas veces me agradeciste ser parte de este grupo de voladoras. Tantas sonrisas juntos. Tantos buenos momentos. Solo quiero decirte, sin encontrar explicaciones de lo qué pasó, que te quiero y te voy a querer x siempre! Te amo China.»

​»Fue una noticia recontra impactante. Nos enteramos ayer. Era muy buena mina, una flaca re macanuda, simpática, siempre alegre. Trabajó 6 años en el diario, hasta el año pasado», dijo a Clarín Francisco Carnese, periodista de política en La Mañana de Neuquén y quien compartió con ella el horario de la tarde.

Su compañero sabía que María de los Ángeles integraba el grupo de acróbatas Elevé, pero no sabía que se iba a presentar en México. «También había participado en la apertura de Showmatch del 2016», agregó.

Fue una de las dos chicas que «hicieron pared», como se dice en la jerga a quienes caminaron sobre la fachada del edificio de Ideas del Sur.

En 2016, María de los Ángeles comenzó a trabajar en comunicación en el gobierno de su provincia. Pero siguió en contacto con sus amigos del diario. Como había pasado por varias secciones durante su trabajo en ese medio, muchos la recuerdan igual que Francisco: «‘La China’ era muy buena onda».

Según La Mañana de Neuquén, la familia de María de los Ángeles se enteró de su muerte recién el domingo.

Luigi Castillo fue su ex jefe en Espectáculos y su amigo hasta el final.

«Vengo de la casa de Mabel, su madre. Todavía no puedo entender lo que pasó. Estuve chateando por WhatsApp con la ‘China’ hasta el mismo sábado», dijo a Clarín. Él también se enteró el domingo, cerca del mediodía, por la nota publicada en ese diario.

«Estaba de franco y salté de la cama cuando leí la noticia. Mi pareja, Naty, tampoco lo podía creer. Dejé el celular a un costado porque me empezaron a llamar todos. No quería saber nada.»

Castillo habló con Mariana, una de las acróbatas que se presentaría en los dos shows pautados en México. «Los arneses de seguridad son del propio grupo, de primera calidad, el productor invierte mucho en Elevé. Por eso no sabemos qué puedo haber pasado.»

La hermana de María de los Ángeles y su cuñado, Andrés, viajaron a México para repatriar los restos de la «China». También fue Lola, su sobrina adorada.

Sus ex compañeros y compañeras de la redacción la recordaron con una nota:

«Murió una acróbata neuquina en México. Murió María de los Ángeles Nieto. Murió la China.

Hay noticias que golpean directo al corazón, sin piedad, sin pedir permiso. Hay noticias que duelen por trágicas, por inexplicables, porque se llevan una vida llena de vida, de energía, de sueños perseguidos con un entusiasmo que hoy será difícil de recuperar.

Se fue la China. Se fue con su alegría, con esa sonrisa constante con la que pasó por la redacción de LM Neuquén durante seis años, con esa sonrisa imborrable con la que descubrió la danza aérea para dedicarle horas y pasión, disfrutando de las acrobacias que la elevaban de esta tierra desde donde tanto se la va a extrañar.

Se fue la China. La que siempre te esperaba con una sonrisa, la que te ofrecía un mate y te hacía sentir la calidez que transmitía, la que recordarán decenas de amigos y colegas a los que hoy nos hermana la misma triste sensación en el pecho.

Se fue la China. Se fue con su alegría, esa que hoy nadie tiene cuando nos saludamos en el diario, la que se nos borró por estas horas en las que intentamos entender lo incomprensible, esa alegría que surgía tan fácil con ella cerca, en la redacción, en la calle, en un recital, en una sobremesa.

Hay noticias que solo se asimilan con el tiempo, que, dicen, todo lo cura al final. Pero ahora duele. Duele porque a veces el adiós llega demasiado pronto, duele porque todos los que la conocieron la descubrieron así de feliz, así de sencilla, así de especial.»

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