México: su familia le habló durante 50 horas con un megáfono, pero había muerto entre los escombros

Erick Gaona, un hombre robusto de unos cuarenta años, quedó atrapado bajo un edificio de cuatro pisos que se derrumbó 40 minutos después de que el terremoto en México hiciera temblar todo el martes pasado y que costó la vida de 286 personas.

Un vendedor de diarios que tiene un puesto frente al edificio derrumbado contó que Erik «salió y volvió a entrar». «Le dijimos que no lo hiciera porque se veía feo, pero entró a recoger sus cosas», agregó. Pero lo hizo igual.

Una vez pasado el temblor, su familia buscó la lista de Locatel y fue a los hospitales Xoco, Balbuena y la Cruz Roja de Polanco pero en ninguno estaba Erick, relata el diario El País.

Entonces se unieron a los servicios de rescate que rastrillaban los escombros del edificio y con un megáfono le gritaban «No nos vamos a mover hasta que salgas. Tu hija está bien, tus padres están bien…ten fe». Con cada ladrido de los perros, señal de que había alguien allí enterrado, su esperanza crecía.

Hasta ese momento, los rescatistas habían sacado de entre los cascotes a tres personas vivas y tres muertas. Solo quedaba Erick, de acuerdo con el recuento que habían hecho los vecinos, amigos y familiares.

«Te amo, aquí está tu familia, no nos vamos a mover, resiste», le gritaba a través del megáfono, pero ya debilitada, su hermaba, cuando ya habían pasado 50 horas del derrumbe.

El rescate

Ayer, alrededor de las 12 de la mañana, Chichi, un pastor belga seguía oliendo entre las piedras hasta que en un lugar se frenó y empezó a arañar el cemento de forma frenética. Era la segunda vez que marcaba ese punto.

Al ubicar un cuerpo, el equipo israelí y los Topos de México, un grupo de civiles voluntarios, se metieron entre los escombros y salieron con Erick envuelto en una sábana. Enseguida, levantaron el puño para pedir un minuto de silencio, un gesto que ya es un símbolo.

Su hermana, ante todos los voluntarios que hace dos días se concentraban ahí les dirigió unas palabras: «Gracias a todos, gracias a quienes han ayudado en las tareas de rescate y a quienes han traído comida y víveres. Pido un aplauso para ellos.». Luego se escabulló entre el público, con el megáfono colgando en la mano.

Los rescatistas explicaron después que seguramente Erick falleció en el momento del derrumbe, con la caída de los primeros cristales.

 

 

 

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