Día Internacional del Linfoma: conocé qué es y cómo prevenirlo

La conmemoración de este día se debe a una iniciativa de la Coalición Linfoma, -organización mundial de personas afectadas de linfoma- con el apoyo de la Unión Internacional Contra el Cáncer, entidad consultiva de la OMS, Organización Mundial de la Salud.

 

Se trata de una cruzada mundial para informar y concienciar acerca de esta enfermedad del sistema linfático, uno de los tipos de cáncer menos conocido y que más ha crecido en incidencia en todo el mundo. Sus síntomas son fáciles de confundir.

 

Debido a que es imperioso que se realice el diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno, es muy importante difundir sus señales, estimular la consulta al médico y brindar información, contención y ayuda a los enfermos y sus familias. La Sociedad Argentina de Hematología y el Grupo Argentino de Tratamiento de Leucemias Agudas, GATLA, apoyan esta conmemoración.

 

¿Qué es el linfoma?

 

El linfoma es un cáncer de una parte del sistema inmunitario llamado sistema linfático. Existen muchos tipos de linfoma. Un tipo se denomina enfermedad de Hodgkin. El resto se conoce como linfoma no Hodgkin.

Los linfomas no Hodgkin comienzan cuando un tipo de glóbulos blancos, llamado células T o células B, se hacen anormales. Las células se dividen una y otra vez aumentando el número de células anormales. Las células anormales pueden diseminarse a casi todas las demás partes del cuerpo. La mayor parte del tiempo, los médicos no pueden determinar por qué una persona desarrolla un linfoma no Hodgkin. Usted está en mayor riesgo si tiene un sistema inmunitario débil o cierto tipo de infecciones.

El linfoma no Hodgkin puede causar muchos síntomas, tales como:

  • Ganglios linfáticos inflamados, sin dolor, en el cuello, las axilas o la ingle
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Fiebre
  • Sudoración nocturna profusa
  • Tos, dificultad para respirar o dolor torácico
  • Debilidad y cansancio que no desaparece
  • Dolor, inflamación o sensación de hinchazón abdominal

El médico diagnosticará el linfoma con un examen físico, pruebas de sangre, una radiografía torácica y una biopsia. Los tratamientos incluyen quimioterapia, radioterapia, terapia biológica o terapia para eliminar ciertas proteínas de la sangre. La terapia dirigida utiliza sustancias que atacan las células cancerosas sin dañar las células normales. La terapia biológica potencia la habilidad del propio cuerpo de luchar contra el cáncer. Si no tiene síntomas, puede no requerir tratamiento de inmediato. A esto se le llama espera vigilante.

¿Cómo prevenirlo?

Evitar las infecciones

Como la exposición a ciertas enfermedades contagiosas se ha vinculado a un riesgo mayor, sería prudente evitar la exposición a estas infecciones. Esto incluye enfermedades transmitidas por exposición a fluidos corporales, como VIH/SIDA, herpes, hepatitis B y C y el virus de Epstein-Barr.

Régimen alimentario y peso saludable

Algunos estudios han sugerido que el exceso de peso y/o mal régimen alimentario también pueden incrementar el riesgo de desarrollar un linfoma. Los regímenes alimentarios con abundantes antioxidantes naturales y compuestos de plantas beneficiosas conocidos como fitonutrientes se asocian con un menor riesgo de padecer algunos cánceres y con un menor peso corporal. Un ejemplo bien documentado de un enfoque saludable a la nutrición es la dieta mediterránea, que enfatiza el consumo de granos enteros, frutas y verduras frescas, legumbres, nueces, semillas, lácteos con bajo contenido de grasas y proteínas magras en cantidades limitadas. En esta dieta, el aceite de oliva extra virgen es la principal fuente de grasas. La misma excluye los alimentos procesados, los azúcares agregados y la mayoría de la carne roja.

Ciertos alimentos, como el té verde y la cúrcuma (especia del curry), contienen sustancias químicas que ayudan a prevenir ciertos cánceres. Como la curcumina (que es el principio activo de la cúrcuma) no se absorbe bien, debe consumirse en forma de extracto para aumentar sus posibles beneficios. Lamentablemente, a la fecha no hay datos específicos que apoyen la noción que el té verde previene el linfoma en los seres humanos. Sin embargo, en estudios de laboratorio y en animales, su principio activo, el galato de epigalocatequina (EGCG) ha demostrado interferir con numerosas vías metabólicas que se sabe subyacen en el desarrollo del cáncer.

Actividad física

Además, las evidencias sugieren que el ejercicio está vinculado a un menor riesgo de tener algunos tipos de cáncer. Si bien no se ha establecido que haya una relación entre el riesgo de tener un linfoma y el ejercicio, una mayor actividad física está definitivamente vinculada a una mejor salud general, incluyendo un menor riesgo de sufrir muchas enfermedades comunes, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otras formas de cáncer, ya sea de mama, próstata, colorrectal y de endometrio. Más aún, en los pacientes a los que ya se les ha diagnosticado linfoma (y para el cual están en tratamiento), se ha observado que el ejercicio aeróbico mejora varias cosas, como la calidad de vida, el peso corporal y la movilidad.

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