Jóvenes de once países de América Latina y el Caribe serán los protagonistas de la segunda versión del concurso juvenil Concausa, una iniciativa organizada por América Solidaria, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Chile.
Concausa busca identificar y difundir propuestas que apunten a terminar con la pobreza infantil en la región, con miras al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
«En la nueva versión del concurso participaron 341 proyectos de jóvenes de entre 15 y 17 años provenientes de once países de la región. Del total de participantes, el jurado de Concausa seleccionó 17 proyectos originarios de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay», informaron desde la CEPAL.
“El poder crear una red de jóvenes que se comprometan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que adopten la Agenda 2030 como su propia agenda, como su ruta de camino, es lo que CEPAL busca”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización internacional.
Añadió que los jóvenes que participan en la iniciativa “son rebeldes con causa y eso es lo que estamos buscando, la rebeldía frente a un modelo de desarrollo que no nos ofrece lo que buscamos, pero con una causa que consiste en mayor igualdad y mayor sostenibilidad”.
Los 17 grupos seleccionados viajarán a Santiago de Chile para participar en un encuentro formativo que se realizará entre el 25 de noviembre y el 1 de diciembre de 2017.
El encuentro culminará con una ceremonia en la sede regional de la CEPAL, ubicada en la capital chilena, donde los jóvenes darán a conocer sus proyectos.
Proyecto argentino
El proyecto que representará al país y que fue seleccionado en el concurso de jóvenes para competir en Concausa 2017 pertenece a los alumnos del Colegio Padre Ramón de la Quintana, ubicado en Catamarca, Argentina. “Nuestro proyecto trata sobre un Biodigestor = +Gas –Basurar, que es un contenedor donde al dejar descomponer basura orgánica cerrada herméticamente produce gas metano, que reemplazaría al pronto extinto gas butano, el cual pasaría a través de unas tuberías a un contenedor donde se almacena para su uso. La basura descompuesta se puede utilizar como abono. Esto nos daría un ambiente más limpio, nos permitiría reducir el efecto invernadero y evitar el déficit energético, mientras que a grandes escalas también generaría puestos de trabajo y comunidades sostenibles”, explicaron Carlos, Joaquín y Lucas a través de un video los estudiantes.
PE
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