Brasil, ya clasificado, se impuso ante Ecuador como local

Paulinho y Coutinho marcaron los goles. Los dirigidos por Tite son los líderes de las Eliminatorias Sudamericanas, mientras que el “Tri” puja por un boleto.

Brasil sigue su marcha. Insiste, va, no para. Con el 2-0 ante Ecuador, sumó su noveno triunfo consecutivo en las Eliminatorias, es líder casi inalcanzable (le sacó nueve puntos al escolta Colombia, su rival del martes) y va por el récord de la Argentina de Marcelo Bielsa, el mejor equipo de las Eliminatorias. Si los verdeamarelos ganan sus tres partidos, superarán a aquel equipo que arrasó rumbo al Mundial 2002.

Brasil, este Brasil de Tite, se asoma al Mundial -quizá- como el principal de los candidatos. No sólo porque es el primero en el ranking de la FIFA (delante de Alemania y Argentina, los otros integrantes del podio) sino sobre todo por lo que cuentan los números de la Era Tite y por lo que exhibe el campo de juego.

Brasil fue el primer equipo en acceder a la Copa del Mundo de Rusia 2018 a través de las Eliminatorias. Desde que llegó al banco el hombre que sacó campeón del Mundial de Clubes de la FIFA a Corinthians Brasil se transformó:de un equipo castigado por críticas justificadas pasó a ser una máquina de rendimiento. Corresponde decirlo:incluso más allá de un partido con matices, como el que ofreció ante Ecuador.

El equipo se dice casi de memoria; el banco de suplentes es una selección titular de élite; el sistema está perfectamente adaptado a las particularidades de los futbolistas (oscila entre el 4-3-3 y el 4-1-4-1); Neymar -su estrella más brillante- no está solo para desequilibrar; Marcelo -clave en el Real Madrid bicampeón de Europa-pasó de desterrado con Dunga a capitán de este ciclo.

No era un partido más , en el Arena do Gremio, en Porto Alegre. Sobre todo para el visitante. Una prueba con carácter de final. Ecuador -revelación de la primera rueda- venía de perder tres de los últimos cuatro partidos y eso lo puso por debajo de la cornisa del Repechaje. De los abrazos de los elogios a las quejas de casi todos. Ese fue el recorrido del equipo del argentino Gustavo Quinteros.

Brasil -respetuoso de su camiseta y de su historia- dispuso su equipo de gala. No se guardó nada. Ante esa dificultad, Ecuador fue capaz de ofrecer un partido neutro, luchado, sin grandes padecimientos en el primero tiempo. El plan tenía un objetivo para hacer daño: aprovechar la velocidad de Antonio Valencia ante las subidas del lateral Marcelo. Así, en el primer tramo del encuentro logró inquietar al arquero Alisson.

Ya en el segundo tiempo, con elaboraciones colectivas, con destellos de Neymar y de sus socios más lúcidos, con el impulso de su condición de gigante, Brasil comenzó a imponer condiciones y a dominar con claridad. Los goles llegaron por decantación, por diferencia de jerarquía. A los 23 del segundo tiempo, Paulinho -con un bombazo desde adentro del área- estableció el primero. Siete minutos después, tras un sombrero y una asistencia de Gabriel Jesús, Philippe Coutinho definió de derecha y decretó el segundo. A esa altura, ya era demasiado Brasil para un Ecuador en días traumáticos. Pudo haber terminado en goleada. Pero con esos dos goles a Brasil le alcanzó para escuchar aplausos. Muchos.

 

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