Narco abandonó carga de droga a dos cuadras de la Basílica de Itatí

Como bien reza el dicho popular, una imagen vale más que mil palabras, refrán que puede confirmarse en Itatí, localidad correntina famosa en el país por su Basílica y (lamentablemente) por el narcotráfico local que ocupó espacio en los medios nacionales. Es así que el viernes se produjo una imagen, una de tantas, al menos incómoda: un auto repleto de droga fue abandonado a dos cuadras de la Iglesia de Itatí, símbolo de la fe religiosa de la región. Era llevado por un narcotraficante que dejó el estupefaciente cuando se topó con prefectos. Tras peligrosas maniobras evasivas abandonó el vehículo y escapó.
El procedimiento fue realizado durante la noche del viernes, cuando el criminal se movilizaba por la zona Este de la localidad.
Según el informe brindado por Prefectura Naval Argentina (PNA), el narco iba a bordo de un coche por calle Desiderio Sosa, que está frente a la Basílica.
Alrededor de las 22:30, el traficante se topó con efectivos de Prefectura que llevaban adelante patrullajes en distintos puntos de la ciudad. Cuando realizó una curva por calle 12 de Febrero, el criminal vio a los uniformados, detuvo la marcha del vehículo, puso reversa y de contramano dobló y retomó la Desiderio Sosa, calle sobre la que retrocedió una cuadra (siempre de reversa) hasta que se detuvo a unas dos cuadras de la Basílica.
Cuando los prefectos lo siguieron se encontraron que el narco había escapado entre distintos domicilios ubicados en la ciudad.
Si bien intentaron rastrearlo, fue inútil.
Dentro del coche Volkswagen se encontraron varios bultos con estupefaciente.
El cargamento fue llevado a la sede que Prefectura tiene en la ciudad y comenzaron a realizar el conteo.
En total se hallaron 544 paquetes tipo “ladrillos” que pesaban, según el dictamen de la báscula, 392 kilos con 380 gramos. El valor de la droga secuestrada llegaría a casi siete millones de pesos.
Desde la Fiscalía Federal de Primera Instancia 1 de Corrientes se llevaron adelante las instrucciones del caso.

Fuente: diario Época