La nueva agenda global

Hay avances continuos en la tecnología mundial. Los autos auto dirigidos están ya muy cerca. Un grupo de científicos termina de lograr enmendar una parte defectuosa de un gene, y el potencial de posibilidades de esta vía para “perfeccionar el ser humano” parecen amplísimas, y suscitan ya profundos debates éticos. Un nuevo dispositivo electrónico Alexa responde a preguntas orales sobre temas muy variados a sus usuarios. Se halla conectado con las nuevas bases globales de “nubes de datos”.

Estos progresos, y otros semejantes como la impresora 3D capaz de imprimir desde artesanías a casas completas son muy promisorias. Sin embargo al mismo tiempo que avanza aceleradamente la tecnología los ciudadanos del mundo se hallan muy inquietos por nuevos problemas. Entre ellos, en nómina desde ya incompleta, figuran los siguientes.

Una reciente encuesta del afamado centro Pew entrevistó a 41.953 personas de 38 países. En un amplio grupo figuran como prioridades el cambio climático, y el ISIS. Están entre ellos muchos países africanos como Chad y Sudán, e islas bajas, donde la pobreza se encuentra con mares crecientes, y agudas sequías que llevan a hambrunas, epidemias, y fuertes migraciones.

También hay alto nivel de preocupación por los cambios climáticos en países como Polonia, India, Indonesia, Israel, Jordania, Túnez, Turquía, Gana y Nigeria.

La encuesta encontró que en América Latina, a pesar de no ser afectada por el cambio climático con la virulencia de otras regiones, el 74% de los encuestados lo colocaron en primer lugar de las prioridades.

 En cambio en Rusia figura en quinto lugar después de temas como la economía y los refugiados.

Otra encuesta diferente, la que realiza anualmente el Foro de Davos, el máximo evento empresarial mundial, sigue colocando como uno de los principales riesgos que afectan al mundo, a las crecientes desigualdades económicas y la polarización social.

La OIT y numerosas publicaciones e investigaciones, han llamado la atención sobre los efectos contractivos del empleo, que tienen muchas de las nuevas tecnologías.

El paso de las formas organizacionales actuales a otras dominadas por algoritmos, significa maximización de la productividad, ahorro de recursos, e incorporaciones de innovaciones tecnológicas en gran escala, pero crea la preocupación de como se enfrentaran los impactos sobre el empleo.

 Una difundida obra del cientista Yuval Harari, plantea entre muchos otros un tema muy especial. Los riesgos que supone el crecimiento de la inteligencia artificial. Visto con visión de largo plazo, permitirá a las máquinas tener un acceso inédito a las nubes de datos, y al estar provistas de instrumentos de inteligencia avanzada, pueden tener capacidad de “generar por cuenta propia”, más allá de la planificación fijada por los seres humanos. Será muy importante advierte “regular” en este campo crucial.

Las soluciones a la nueva agenda requerirán más que nunca la cooperación colectiva.

Un buen ejemplo de ella es la nueva coalición para prevenir epidemias que termina de constituirse, “Queremos estar seguros de que podemos hacerlo mejor que en el caso del Ebola” dice Bill Gates. La coalición juntó un fondo de 500 millones de dólares, para tener un stock permanente de vacunas contra varios virus nuevos, y para investigar nuevas vacunas frente a amenazas de virus emergentes. Reúne inicialmente junto a la Fundación Gates a los Gobiernos de Noruega, Japón, ONGs, Médicos sin Fronteras y laboratorios de punta. Un tema clave para la nueva agenda será como forjar alianzas virtuosas.

(*) Fundación P.L.A.N.E.T.A (Programa Latino Americano de Nuevas Estrategias de Tecnología de Avanzada

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