El Museo Juan Szychowski se encuentra en el predio de La Cachuera SA, integrante de la Ruta de la Yerba Mate, fue inaugurado en agosto de 1997. El sábado cumple 20 años.
La Cachuera inauguró en el mes de agosto de 1997 el Museo Histórico que lleva el nombre de su fundador, “Juan Szychowski”. La Cahuera S.A. es una de las principales empresas yerbateras del país y la más antigua de la provincia en actividad; industrializa millones de kilogramos anuales entre yerba mate y arroz y constituye una importante fuente de trabajo para la región.
El museo fue realizado todo en el ámbito donde se desarrolló la vida y obra de este hombre, poseedor de una personalidad visionaria y laboriosa. Allí, el visitante podrá sentirse transportado por la magia del tiempo, apreciando su obra en un entorno natural, cuidadosamente conservado en su aspecto histórico y ecológico como, seguramente, soñó don Juan.
Un poco de historia:
En el año 1900, a los 11 años, Juan Szychowski llegó desde Borzow, Polonia, acompañado de sus padres, hermanos y otras familias. Como integrante de este grupo vino más tarde quien sería su esposa, la niña Bronislada Kruchowski.
A poco de llegar Juan ingresó como aprendiz de herrero y a los 18 años ya poseía su propia herrería, dedicada a la fabricación de herrajes para carros de carga y paseo. Con su familia se dedicó a la agricultura, pero los tiempos fueron difíciles, los precios bajos y las distancias a recorrer se hicieron muy grandes. Desalentados, algunos años después, la familia Szychowski analizó la posibilidad de regresar a Polonia a trasladarse a Estados Unidos o Canadá. En 1914 el joven Juan viajó a Buenos Aires en compañía de su padre, con el fin de conseguir trabajo y así lograr los recursos necesarios para regresar a Europa, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial desalentó sus planes.
En Buenos Aires, trabajó en una herrería en cuyas inmediaciones existía un taller que contaba con un torno de precisión que lo impactó. De regreso a Apóstoles, construyó un torno de madera con fresa de acero, el que accionó con un malacate traccionado por un burro. A partir de ese rudimentado torno y durante 3 años construyó un torno de precisión, enteramente de metal, culminándolo en el año 1919, por lo que, con fundamentos se presume que fue el primero en su tipo, construido en el país. Con ese torno don Juan construyó toda la complicada maquinaria para la molienda de arroz y maíz, como así también un molino de yerba mate y una fábrica de almidón de mandioca.
Buscando una fuente de energía, a fines de la década del 20, construyó una represa sobre el arroyo Chimiray, desviando parte del mismo a través de un canal artificial, para poner en movimiento una rueda de 6 1/2 metros de diámetro, la que posteriormente sustituyó por la actual turbina tipo Kepler, generando la energía necesaria para sus molinos, luego de lo cual enviaba nuevamente el agua a su cauce original por un canal de derivación. El emprendimiento contó con aprobación del Senado de la Nación.
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